Pocos esperan un entendimiento entre socialistas y populares de España, por lo que la reunión de hoy entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo apunta a atizar más el fuego.

Sánchez, en su calidad de secretario general del Partidos Socialista Obrero Español (PSOE) y también jefe del Gobierno en funciones, establece contactos con la mayoría de las formaciones políticas de cara a su intento de investidura presidencial en el Congreso de Diputados.

Empero, la fractura del PSOE con el Partido Popular (PP) es absoluta, y poco puede esperarse de un encuentro entre Sánchez y Núñez Feijóo, quien es el mandamás de la organización conservadora.

La entrevista, en todo caso, servirá para la foto de sonrisas forzadas y las declaraciones posteriores de ambos dirigentes, seguramente con distancias totales acerca de los temas medulares.

Ya Feijóo adelantó que bajo ningún concepto su partido ni la derecha en general aceptará una eventual ley de amnistía en Cataluña, que permitiría a Sánchez obtener los votos con las fuerzas independentistas para perpetuarse en el poder.

De hecho, anunció que la impugnaría ante el Tribunal Constitucional, a lo cual el PSOE respondió que lo primero sería que el PP permitiera la renovación de los órganos de justicia, paralizados desde hace cinco años ante la negativa de los conservadores.

Ayer, alentadas por los partidos de derecha de España, unas 50 000 personas se manifestaron este en Barcelona contra Pedro Sánchez y la amnistía que supuestamente negocia.

El acto en Barcelona fue, sobre todo, una reivindicación del PP y de Feijóo, quien acaba de perder su intento de investidura presidencial en la Cámara Baja en dos votaciones fallidas.

Como quiera que la posibilidad, desde un inicio, de que salga un gobierno tras las elecciones generales de julio pasa por los independentistas de Cataluña, el enfoque del PP es minar a toda costa otro ejecutivo que encabezaría el actual inquilino en funciones del Palacio de la Moncloa.

Arropado también por la extrema derecha de Vox y otras formaciones menores de línea conservadora, se escucharon en Barcelona consignas contra Sánchez y todo el abanico de izquierdas que lo respalda.

Los gritos de ‘No a la amnistía’ y ‘Puigdemont a prisión’, dominaron la manifestación, con encendidas declaraciones de Feijóo y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, especialmente.

Carles Puigdemont es la figura clave de Junts por Cataluña, pero se encuentra prófugo de la justicia desde que pretendiera forzar la independencia y secesión de esta comunidad autónoma en 2017.

Sin embargo, Junts puede ser la llave de una eventual reelección de Sánchez, secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), aunque con la concesión de la amnistía para los condenados por el denominado procés.

Pese a terminar segundo en las legislativas del 23 de julio por detrás del Partido Popular, Sánchez, en el poder desde 2018, cuenta ya con el apoyo de la izquierda.

El político socialista deberá ahora acelerar un proceso de negociaciones, que puede ser extenso, para lograr pactos que le permitan someterse a las rondas de investidura en el Congreso de Diputados antes del plazo de vencimiento, 27 de noviembre.

Necesita, para seguir en la Moncloa mayoría absoluta (176 escaños) o, en segunda votación, mayoría simple (síes y noes), guarismos difíciles dada la polarización existente.

(Con información de Prensa Latina)

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