Es mucho más que el espacio destinado a reproducir plantas para labores de reforestación, al estar concebido con la premisa de fomentar la inclusión social en los procesos de adaptación al cambio climático (CC).

Bajo esa concepción surgió el vivero tecnificado “El Júcaro”, en el municipio de Venezuela y financiado por el Proyecto Internacional “Mi Costa”, con garantías para la adaptabilidad a condiciones climatológicas adversas en zonas bajas del litoral sur de Ciego de Ávila y considerando el cumplimiento de objetivos globales dirigidos a fomentar la equidad de género, reducir desigualdades, y asegurar el trabajo decente y crecimiento económico.

Facilitar empleos a mujeres en las labores de adaptación y mitigación al CC, y atender sus necesidades para el adecuado desempeño en función de lograr las plántulas necesarias para revegetar los bosques de ciénagas en el humedal sur, contribuye a reducir brechas de género y desigualdades que pudieran agravarse y aumentar los impactos en los avizorados escenarios climáticos.

Por eso, la importancia de privilegiar su participación en estas tareas, para lo cual también son empoderadas con conocimientos, mediante capacitaciones sobre los humedales costeros y el manejo de los recursos naturales, fundamentalmente, de manera que adquieren nuevas competencias para su oficio y desenvolvimiento en el ámbito social.

La transversalización del enfoque de género e interseccionalidad va más allá de la asignación de “cuotas” o la participación equitativa de mujeres y hombres en esta iniciativa, al fundarse en la urgencia de integrar experiencias, conocimientos y necesidades de los diversos grupos, contemplándolos a plenitud.

Tomado de Invasor

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