Nuestra principal prioridad va dirigida a recuperar el SEN, aseveró Manuel Marrero Cruz, integrante del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y primer ministro, quien recorrió comunidades y centros productivos del municipio Gibara, por el que también es diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.

Estamos concentrados en continuar con las inversiones, especialmente con los parques fotovoltaicos para reducir el apagón, con lo que cambiará la economía del país y la vida de la población, agregó, para comentar que iremos poco a poco viendo los resultados. «Hay una estrategia para que la situación sea mejor en el verano».

En ese contexto confirmó que, a la vez, hay que seguir buscando desde las comunidades, municipios y provincias, las alternativas que se deriven del potencial propio.

Cuando Marrero Cruz hizo estas declaraciones a la prensa que fue testigo de su jornada de trabajo, ya había visitado la comunidad La Sirena, en el Consejo Popular «Floro Pérez», en la que junto a dirigentes locales y vecinos, discutió sobre la urgencia de emprender acciones que pueden mejorar la vida allí.

Dijo entonces que en ese lugar no puede faltar un organopónico, pues los establecimientos de este tipo son una de las estructuras más económicas para producir alimentos. «Los canteros de estas instalaciones se hacen con madera rústica y se emplea el vegetal de la propia área, y de un pozo cercano se puede extraer el agua, que es posible aplicar con regaderas criollas, y ya a los 30 días se pueden lograr cosechas. Además, por esa vía se generan empleos para personas de las propias comunidades».

El envejecimiento continuo de la población, que a nivel del país es de un 25. 7 %, también fue abordado por el Jefe de Gobierno, quien dijo que se debe seguir de cerca la situación de los ancianos, igual que debe hacerse con todos los que tengan algún problema de incapacidad o vulnerabilidad, para que se sientan acompañados y atendidos.

Sobre las dificultades que encuentran los residentes en zonas de campo a la hora de trasladarse a las capitales municipales para realizar algunos trámites, frecuentemente cargados de burocracia, expresó que, en las condiciones actuales ante la falta de transporte, hay que hacerlo al revés, de manera que sean los funcionarios de esas instituciones los que lleguen a los asentamientos, al menos una vez por semana.

En ese instante reconoció que el municipio de Gibara ha avanzado en ese propósito, pero instó a las autoridades del mismo, presentes en el intercambio, a no conformarse con lo hecho, pues aún hay mucho que transitar hacia lo que se desea.

«Sabemos que hay dificultades con los medicamentos, pero, en el caso de los que se aseguran con el tarjetón, hay que hacer lo mismo para reducir los viajes de los afectados desde las zonas rurales hasta las cabeceras municipales. ¿Por qué no se les llevan los medicamentos del tarjetón a las bodegas que existen en las comunidades?», reflexionó.

Lo hecho en la Unidad Empresarial de Base El Vapor, que tiene una bien atendida masa de 600 ejemplares vacunos de la raza Siboney, lo llevó a elogiar al colectivo, a muchos de cuyos miembros hizo preguntas para conocer las razones de sus buenos resultados, aunque tienen los mismos problemas y faltas de recursos padecidos en las entidades pecuarias del país.

Allí le contaron que preparan heno para que los animales dispongan de comida en periodos secos. Asimismo, se emplean plantas proteicas que se suministran en forma de piensos criollos y hay una vigilancia veterinaria constante.

Una vez que los directivos de la UEB le comunicaron que desean más tierras para sostener el ganado, lo cual no se logra, aunque hay áreas cercanas en usufructo a las que no le sacan todos los resultados quienes las explotan, Marrero también sugirió evaluar la situación, sobre la base de que las tierras deben estar en manos de los que le sacan frutos y aportan más al pueblo.

Al visitar un tejar de la empresa provincial de Materiales de la Construcción, trasmitió reconocimientos a los directivos y trabajadores de esta por la forma creativa en la que enfrentan la falta de recursos esenciales como cemento. Allí, entre otras cosas, vio cómo se fabrican ladrillos y losas de barro cocido, lo que no ha impedido que se ejecuten inversiones que requerían del uso de bloques que se hacen con cemento y gravilla.

Precisamente, al tener en cuenta el rol de los directivos de El Vapor y de la Empresa de Materiales de la Construcción, puntualizó en el cambio de mentalidad que se requiere en situaciones complejas como las que vivimos y en el papel de los cuadros, porque tenemos un pueblo que quiere salir adelante y entiende los problemas, pero no acepta que quienes encabezan centros de trabajo y entidades en general, solo se dediquen a discursos y explicaciones.

«Es una realidad que existe el bloqueo de EE.UU., que es la principal afectación, pero no puede haber autobloqueo, es decir, debemos procurar transformar todo a partir de los recursos disponibles y las condiciones de trabajo. Por eso, en cada centro de trabajo y comunidad, si todo el mundo tiene esa mentalidad, realmente se cambiará», sentenció.

Convencido, añadió: «No podemos permitir que los colectivos pierdan el ánimo por falta de un dirigente que no sea capaz. Nuestra capacidad debe estar dirigida a encausar la inteligencia colectiva. Durante los recorridos debemos ir a constatar las buenas experiencias y comprobar lo que no se hace bien. Hay que sustituir a los directivos que no estén dispuestos a echar la pelea».

También llamó a hacer hincapié en el control popular, que es la manera del pueblo de defender sus derechos, lo que lo lleva a no convivir con chapucerías y cosas mal hechas, como es el caso de las tierras ociosas que no se entregan, por problemas de burocracia, a jóvenes deseosos de ponerlas en explotación.

Pero el pueblo debe ejercer su capacidad de defender sus derechos, lo que significa que no puede convivir con chapucerías o permitir que las tierras aledañas a donde viven estén cubiertas de marabú porque no se siembran, que haya jóvenes con deseos de trabajar que piden tierras y no se las dan por la burocracia que perdura.

«Para proteger sus derechos, el pueblo tiene que sumarse al control para hacer que las instituciones del Estado funcionen con eficiencia», resumió.

Tomado de ACN

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