De que el espacio La trova con Latin LuLi’s Productions cumpla o no su cometido, es cosa que solo el tiempo dirá, pero lo cierto es que, su apertura en la Casa de la Trova Miguel Ángel Luna de Ciego de Ávila, un miércoles a las 5:30 de la tarde, estuvo a la altura del momento y de las expectativas de muchos.
Déjame que te cuente
Con la conducción de la solista Oristela Pérez Betanzos y del trovador Héctor Luis de Posada, la peña trovadoresca fue el pretexto para que la canción cubana y de otras tierras, se pasearan por este recinto que tanto ha aportado a la canción de autores y genuinos trovadictos desde el pasado siglo.
Comenzaron interpretando temas del cancionero cubano y luego pasaron a composiciones latinoamericanas como Canción del remanso, del argentino Jorge Fandermole. Y las dotes musicales de Oristela, a dúo con Yisel Bernal, que supo sacar su talento y defender una canción que exige mucha entrega personal para transmitir todo el sentir de su letra y melodía, subieron la parada y cautivaron a casi todos.
Como invitado especial de esta velada sonora, el solista bayamés Luis Miguel interpretó, entre otros temas, La flor de la canela, de Chabuca Granda, con una musicalidad estremecedora y una calidad vocal impresionante. Exigió, desde la profundidad de su interpretación silencio, respeto y atención para los grandes de la música latinoamericana que ya no están entre nosotros, pero que dejaron su impronta en los de la canción cubana como Benny Moré, Bola de Nieve y María Teresa Vera. Y el respeto no se hizo esperar. Como los aplausos de gratitud y el reconocimiento que, en más de una ocasión, colmaron el recinto de madera y recientemente reparado.
Esta peña será una más dentro de la programación de la casa y, según le contó a Invasor Lupe Díaz Beracierto, gestora de Latin LuLi’s, “Tendrá vida los terceros miércoles del mes. Pretende potenciar la trova avileña unida a las otras manifestaciones artísticas que quieran sumarse. La idea surge a raíz de una de las tantas descargas que ocurren en este lugar tan lindo y que merece ser rescatado para bien del pueblo avileño”.
Y si de rescate se trata, el público que tuvo la oportunidad de atestiguar este momento fundacional, revivió los días en que salir a buscar la trova era ideal para, también, hallar aquí el amor de la vida y más de una alegría. Por eso hubo rifas, un cartel en blanco para que el que quisiera dejara escrito un verso, una frase, una palabra. Hubo risa y muchas ganas de pasarla bien.
Te sigo contando
Los tiempos han cambiado, sí, y mucho. Ya no quedan casi trovadores en este terruño como para llevar a cabo una digna cartelera musical con inteligencia y pasión, pero lo cierto es que todo esfuerzo que se haga desde el bastión de la cultura, es loable y merece todo el empuje posible. Para ello, además, se tuvo en cuenta invitar a compositores de la altura de Raúl Figueredo Garrido quien cantó, de su autoría, Una vez a la semana, acompañado a la guitarra por Héctor Luis, quien también cantó.
La peña merece mucha más atención y apoyo por parte de los cultores y artistas. Necesita de otros, no solo de una empresa productora, una solista y un trovador, para mantenerse a salvo de la inamovilidad cultural que ha querido quedarse en Ciego de Ávila. Depende de todos para que la trova avileña siga adelante aunque, por momentos, pareciera que no nos sobran los motivos para tanto canto.
Nombres como el dúo Vega-Castillo, el trío Imagen, Miguel Ángel Luna, Jorge Jorge Saavedra, Sheila Mora y tantos otros, resonaron entre las paredes de la memoria y los tragos del mejor homenaje que se le puede hacer a quienes entregaron todo por la vida bohemia de una ciudad de los portales que lucha por mantener viva una de sus tantas tradiciones.
Tomado de Invasor