El pasado 11 de mayo el Instituto de Meteorología hizo público su pronóstico para la venidera Temporada Ciclónica, que se espera que sea entre normal y poco activa.

Como analizamos en días recientes en el podcast de Cubadebate Ciclones, el Niño y otros vaticinios que debes conocer, hay elementos a favor y en contra de que sea una temporada activa, de ahí a que quede el pronóstico ligeramente por debajo de la media, pero muy próxima a esta.

Más allá de las cifras de cantidad de ciclones, huracanes y cuántos se pueden formar en cada área, muchas personas van directamente al valor que indica la probabilidad de que Cuba sea afectada por al menos un huracán.

Para este 2023, dicha probabilidad es del 35 %, considerada moderada, aunque pueda parecer una cifra baja para esa categoría. Para catalogarla como tal esa probabilidad se compara con la probabilidad histórica o climatológica de que eso ocurra, que es de un 38 a 39 %.

El primer ciclón de 2023

Primer ciclón del 2023

Coincidiendo con la fecha de anuncio de este Pronóstico de la Temporada, el Centro Nacional de Huracanes informó la formación del primer ciclón tropical de este 2023. Una noticia un tanto atípica porque no se trataba de un organismo que estuviera formado o en formación en ese momento, sino de una Tormenta Subtropical ocurrida a mediados de enero de este año. Es una práctica regular la revisión de información sobre áreas de investigación a posteriori, analizando más profundamente la información obtenida en tiempo real (que a veces no pude ser procesada  por el tiempo disponible para la emisión de las informaciones) y de otras que son recopiladas posteriormente.

Las Tormentas Subtropicales son centros de bajas presiones que muestran algunas características de ciclones tropicales (lo que estamos más acostumbrados a ver) y bajas extratropicales, de ahí que la distribución de las lluvias y los vientos no sean similares a sus pares de origen tropical.

Por tanto con la formación de esta Tormenta Subtropical, el próximo organismo ciclónico que se forme, de convertirse en Depresión Tropical o Subtropical se nombraría “Dos” y si llegara a la categoría de Tormenta Tropical se nombraría Arlene, el primer nombre de la lista reservada para este año.

Cambios para 2023

Ayer 15 de mayo comenzó la Temporada Ciclónica (o de Huracanes) en el Océano Pacifico Nororiental y el día 1ro de junio iniciará en el área del océano Atlántico, mar Caribe y el golfo de México, en ambos casos se extenderá hasta el 30 de noviembre. Durante este periodo el Centro Nacional de Huracanes emite sus Perspectivas del Tiempo Tropical (Tropical Weather Outlook en inglés), en la que se analiza la probabilidad de formación de ciclones tropicales en dos plazos de 2 y 5 días. Desde 2021 dicho centro decidió comenzar a emitir esas perspectivas para nuestra área también desde el 15 de mayo, ante la tendencia creciente de formación de organismos ciclónicos en días previos al inicio oficial de la temporada. Recordemos que, desde 2015, en todas las temporadas se ha formado algún ciclón antes de su inicio oficial, con el caso extremo de Alex en 2016, el único de ellos que llegó a huracán, también en un mes de enero.

Este comportamiento llama la atención, pero no podemos dejar de recordar que la naturaleza no se rige por un calendario, y que las condiciones presentes en los últimos días del mes de mayo difieren muy poco de las de primeros días de junio), aunque se decida tomar una fecha determinada como límite. En 2022 se interrumpió esta racha, precisamente por otro Alex, ya que la lista de 2016 se repitió en ese año, con la excepción de Matthew y Otto, que fueron sustituidos por Martin y Owen respectivamente.

Un cambio anunciado como novedad para la presente temporada es que estas perspectivas se extenderán hasta los 7 días. Y este último detalle debe ser tomado con cautela por quienes consulten asiduamente estas informaciones, pues al aumentar la extensión temporal de estos análisis, también lleva que se incremente el tamaño de las áreas donde es posible la formación y su frecuencia. El incremento en la periodicidad de aparición de zonas de sospecha  puede ser interpretado como mayor cantidad de áreas de investigación, sin embargo es consecuencia de la extensión del plazo temporal de análisis.

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