Intercambiar con decanos trabajadores del sector ferroviario, es conocer el verdadero amor por una labor que exige responsabilidad, conocimiento y sobre todo vocación.
Ese carisma tan excepcional que caracteriza a los ferroviarios, lo experimentan no solo los maquinistas, conductores y operarios sobre locomotoras, coches y carros, sino que es también evidente en directivos, mecánicos, especialistas, obreros de vías, y de cualquier otro frente de este cardinal sector.
La ciudad de Morón, desde 1922, cuando concluyeron los trabajos de construcción de los talleres ferroviarios, tiene a ese lugar como centro referencial.
Es un centro que recoge en su historia muchos momentos trascendentes, como huelgas, manifestaciones y reclamos salariales, peticiones para ajuste de horarios de trabajo, de lo cual fueron protagonistas muchos obreros de este sector, que siguieron el ejemplo del líder Enrique Varona Gonzàlez, recio dirigente sindical considerado el líder de las mil huelgas, asesinado el 19 de septiembre de 1925 en las calles de Morón.
Al celebrarse este 29 de enero el Día del Ferroviario, nos acercamos a Manuel Alejando Rodríguez, quien durante 43 años fue maquinista de un medio de transporte que marcó estabilidad, comodidad y rapidez.
Relata este ferroviario que fue durante muchos años el maquinista del coche motor Bud que circulaba con una capacidad de 90 pasajeros a bordo, entre la ciudad de Morón y La Habana.
Manolo, como respetuosamente lo conocen sus compañeros, confiesa que se vinculó al ferrocarril cuando tenía apenas 15 años de edad, al incorporarse a un curso de mecánica, pero que luego fue fogonero y por último maquinista. Como detalle precisa que durante unos años fue motorista de coche-motores Fiat, en Camagüey.
«La responsabilidad en la vía es la carta de triunfo en el ferrocarril», alega Manuel Alejandro, y plantea que se acogió a la jubilación al cumplir 60 años de edad, sin tener ningún accidente en la vía.
Orgulloso de su trayectoria laboral, dice que ya cuenta con 90 años de edad, » mi rostro ha cambiado, pero sigo siendo un enamorado del ferrocarril, todavía sueño con aquellos largos viajes hasta La Habana y del regreso a Morón, agotado, pero feliz».
Así son los ferroviarios, esos que este 29 de enero celebran su día nacional.
TOMADO DE INVASOR