Buen teatro y posibilidad de compartir con actores, directores, obras y especialistas de la teatralidad, para retroalimentarnos desde la crítica siempre constructiva, entre otras venturas, es lo habitual en estos días de inicio del segundo mes del año.

Con el pasacalle Estatuas vivientes, de la compañía D’Morón Teatro, comenzó  el 5to. Encuentro Nacional de Teatro Pueblos Escena que auspician el Consejo Provincial de las Artes Escénicas y la empresa productora Latin LuLi’s Productions.

Hasta hoy domingo, agrupaciones teatrales y público en general podrán disfrutar de variadas obras, sobre todo, de las compañías del patio.

Como invitado especial, el Mejunje Teatral de Santa Clara, que dirige el Maestro de Juventudes Ramón Silverio, estará ofreciendo La vida incompleta de Wampampiro Timbireta, en la sala Abdala, sede del Guiñol Polichinela.

Se trata de una obra jocosa y particularmente cubana que, a decir del propio Silverio, “mantiene casi el mismo elenco de hace 20 años. Pero con algunos actores y actrices jóvenes que vienen a inyectarle a la puesta un aire renovador. Sé que el público avileño la va a disfrutar, porque es una comedia tal y como la merece”.

Así, también, la compañía Teatro Primero vuelve a la carga con su Hagamos un picnic, del intelectual español Fernando Arrabal, que fuera recientemente estrenada en esta misma sala con cierta aceptación del público.

Caminos Teatro, el anfitrión del evento, a su vez, presentó Náufragos, en una actualización para tres actrices, y está por verse la ya estrenada en el último mes del 2024, Nicolás, la pasión.

Las mañanas son destinadas para la expresión más crítica y el intercambio con el público. Un panel compuesto por Damián Betanzos Hernández, Omar Baliño, Yuris Nórido, Malena Corcho Vergara y un servidor, tienen la oportunidad de establecer sus líneas de pensamiento crítico para con las obras presentadas la noche anterior. Todo en el salón del piano de la Uneac.

En un primer encuentro, los asistentes pudieron debatir, cuestionar y aplaudir la nueva versión de Náufragos, quien mereciera los mejores halagos y algunas recomendaciones en un ambiente muy beneficioso, productivo, feliz.

Desde el análisis de la dramaturgia empleada, hasta la recomendación de mejoras para la puesta, y pasando por la crítica más exhaustiva a la escenificación, los allí presentes estuvieron a tono con la propuesta escénica de Caminos… y su discurso sobre la emigración cubana que tanto está transformando a la sociedad cubana.

Se discursó acerca de la musicalización, de los niveles actorales, del llanto y las actrices que no deben llorar en el escenario; de la simbología y la reiteración como recurso; se habló de la Cuba de hoy y el llamado a seguir el camino de lo contemporáneo para abrir entendimientos y allanar el camino a la redención.

Las noches de este Pueblos Escena se complementan entonces, con un convite teatral donde el brindis, compartir en cofradía, el sano esparcimiento y el espectáculo improvisado hacen del teatro una ventura más.

Tomado de Invasor

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