“Una base productiva de Azcuba no debe vivir solo del plantón de caña” dijo este jueves Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido y vicepresidente de la República, y se encargaría de hacer extensiva la reflexión a otros escenarios de la producción de alimentos en Ciego de Ávila, urgidos de la diversificación que demandan estos tiempos.

La aseveración del alto dirigente se originó en la Empresa Agroindustrial Azucarera Enrique Varona, paralizada en el transcurso de un lustro y ahora inmersa en los toques finales para iniciar la producción de meladura, probablemente a fines del actual mes.

Pero a la interrogante de qué se hizo en la entidad en el transcurso del último quinquenio para ocupar la mayor parte del tiempo de los colectivos laborales —después que se cumplían las tareas elementales en los campos cañeros y la industria—, se sucedieron respuestas que demostraron la pobreza de iniciativas y de dividendos económico-productivos en ese lapso.

La entidad del municipio de Chambas va a la zaga, además, en la siembra de caña prevista para la campaña de frío, cuando solo cumplimenta el 13 por ciento del total previsto, en medio de un contexto en que las plantaciones de la gramínea han venido a menos y nos garantizan toda la materia prima que necesita el territorio de cara a la venidera zafra, en la que debe vincularse una vez más a su vecino del Ciro Redondo.

De ahí que Valdés Mesa insistiera en lo que considera un problema cultural: desarrollar el pensamiento económico, de modo que directivos, técnicos y trabajadores sean capaces de autoabastecerse de granos, vegetales, viandas y granos, sin obviar la prestación de servicios a terceros, como se materializa en algunos puntos clave de la geografía provincial.

Es el caso de la Empresa Agroindustrial Azucarera Ciro Redondo. Su director general, Danilo Fernández Madrigal, argumentó al visitante cómo el impacto de la actividad económica de la entidad, especialmente la producción de alimentos con destino a las comunidades y sectores sociales priorizados, además del apadrinamiento a comunidades vulnerables, reportó mayores ingresos a los hombres y mujeres del sector.

Dijo que se trata de una renta que asciende a más de ocho millones de pesos en el presente año y que se relaciona con una estabilidad laboral que garantiza las faenas industriales y en los campos, sin que el fantasma del déficit de fuerza de trabajo los afecte.

En similar dirección se inscriben los resultados en cuanto al alistamiento de la maquinaria para que el Coloso del Centro asuma la venidera zafra, con fecha de arrancada prevista para el 20 de diciembre.

A  juzgar por las respuestas de Fernández Madrigal, ningún trabajo compromete esa previsión, amén de que se sigue laborando en la Bioeléctrica aledaña, en la que también van a buen ritmo las acciones y se espera que los reiterados percances con el rotor sean solucionados del todo.

En una jornada intensa, caracterizada por la amplitud y riqueza de los intercambios, Valdés Mesa insistió que, en lo personal, visitaba Ciego de Ávila con la intención de escuchar y aprender, pero aprovechó la ocasión para esclarecer puntos de vista y alertar sobre los engorrosos caminos que transita el país para garantizar la importación, a precios leoninos, de alimentos e insumos, razón por la cual adquiere mayor relevancia estratégica producir a baja escala y prescindiendo de recursos traídos desde el exterior.

De paso, tomó nota acerca de procederes que demuestran lentitud en la solución de los problemas, y que merecen un análisis en instancias superiores, como lo evidenciaron, por ejemplo, las revelaciones de Yasmany López del Río, dirigente partidista y pescador de la Unidad Empresarial de Base Flota Pesquera Punta Alegre, quien detalló que allí llevan cinco años reclamando mayor flexibilidad para la captura de especies como la sardina, mediante el necesario control y sin afectaciones medio ambientales.

De cara al mar, en el poblado chambero también salió a relucir el insuficiente control de la mayoría de los pescadores comerciales de la zona, lo cual repercute en la satisfacción de las necesidades de la población del municipio, y el hecho inconcebible de que se disponga de tres nuevas embarcaciones, pero por razones burocráticas aún no pueden utilizarse.

Las experiencias favorables que registra la Empresa Municipal Agroindustrial de Bolivia y las proyecciones de que la se crea en Chambas, motivaron amplios debates.

Trascendió que en el territorio cunagüero se cuenta con el arroz para garantizar el autoabastecimiento del municipio, un resultado en el que el mayor protagonismo ha correspondido a los colectivos obreros allí creados, aunque, como ocurre en el ámbito pesquero, tampoco existe un control preciso de todos los productores privados en la provincia, caldo de cultivo para las ilegalidades y que el alimento no arribe a los hogares avileños a precios justos.

Mediante un contacto con directivos del territorio, fue puesto al tanto de asuntos medulares como la marcha del proceso de bancarización, los resultados del control e inspección de los precios y el déficit en las plantillas de las direcciones municipales y provincial de inspección, entre otros.

Al miembro del Buró Político lo acompañaron Julio Heriberto Gómez Casanova, primer secretario del Comité Provincial del Partido, y el gobernador Alfre Menéndez Pérez.

Al cierre de esta información, Valdés Mesa y el resto de la comitiva recorrían escenarios de la producción de alimentos en la Empresa Agropecuaria La Cuba, en el municipio de Baraguá.

Tomado de Invasor

 

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