- A dos jornadas del Día de la Rebeldía Nacional, Granma conversó con el Primer Secretario del Partido en Ciego de Ávila, sede de las actividades centrales por el 26 de Julio
Como corresponde a su cargo, Julio Heriberto Gómez Casanova, primer secretario del Comité Provincial del Partido en Ciego de Ávila, está al frente de todo el movimiento político y socioeconómico que moviliza a ese territorio central de Cuba que, por los resultados integrales del trabajo, mereció la sede central de las conmemoraciones del aniversario 72 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
Natural del municipio avileño de Chambas, es un eterno inconforme, de los que piensan que siempre hay potencialidades para «hacer más.
Evade toda pregunta personal y habla del esfuerzo colectivo. Muy a lo cubano, con ropa de trabajo, intercambia con Granma.
–¿Qué balance puede hacer, a pocas horas del 26 de Julio, en una provincia que, por cuarta ocasión –1980, 2002, 2011 y 2025–, gana la sede del acto por la efeméride?
–Haber obtenido la sede en este retador 2025 es para los avileños un acontecimiento de gran significación, por los momentos que vivimos, marcados por la agresividad de Estados Unidos, que ha impuesto desafiantes leyes, con el único objetivo de destruir la Revolución.
–¿Fue una intención manifiesta de la dirección del Partido y del Gobierno, traer el acto a la provincia?
–En 2024 trabajamos duro. Fortalecimos un grupo de acciones en materia de producción de alimentos, y con la mirada en disminuir las importaciones.
Julio Heriberto Gómez Casanova. Foto: Tomada de X
«En enero de 2025 decidimos establecer el movimiento político Ciego en 26. Lo aprobamos en el Buró del Partido, y el 24 de febrero lo dimos a conocer desde los potreros de Lázaro López, en los que se formó el Ejército Invasor, en noviembre de 1895.
«Esa manera de hacer transversaliza el accionar de los cuadros, responde a las cuatro prioridades de trabajo del pcc para 2025, y del plan de desarrollo del país. Te diría que sí luchamos por la sede, y lo logramos con el esfuerzo descomunal del pueblo unido».
–Ciego de Ávila está reconocido como un territorio eminentemente agropecuario, con un papel decisivo en varias producciones. ¿Está satisfecho con el desempeño de esa rama en la provincia?
–Nos sentimos contentos, pero no satisfechos, porque existe potencial para mucho más. Lo demuestran los hechos. En 2023, la provincia comercializó unas 7 000 toneladas de alimentos; en 2024, llegamos a unas 15 000, y en el primer semestre de 2025 superamos las 36 000 toneladas. Hay un resultado notable en la agricultura, aunque no todas las necesidades están satisfechas.
«La recuperación del polo productivo de La Cuba es de gran impacto para Ciego de Ávila y el país. De 300 hectáreas de plátano hace un tiempo, ahora supera las 2 000. En el primer semestre del presente año, esa entidad produjo más plátano que en todo 2024. El polo productivo ha recuperado 900 trabajadores, y están en fase de montaje, para el riego eficiente, unas 400 hectáreas.
«Los diez municipios avileños crecen de manera sistemática en las siembras. Teníamos un déficit de más de 30 000 hectáreas para sembrar yuca, plátano y boniato. Hoy, muchas de esas hectáreas se encuentran con plantaciones.
«Ciego de Ávila es una provincia eminentemente agrícola, pero en la parte pecuaria tenemos deudas. Si bien en la etapa de primavera nos autoabastecemos de leche para los niños, ancianos y enfermos, en la temporada seca no ocurre así. Es una tarea pendiente incrementar los volúmenes de leche.
«La producción de carne debemos elevarla con los propios recursos endógenos: fabricar piensos con materias primas nacionales, que tengan los niveles proteicos que requieren los animales, es la mejor de las alternativas, porque los barcos no van a llegar llenos de pienso.
«Algo novedoso es el programa de desarrollo de las plantas oleaginosas, con más de 700 hectáreas sembradas para obtener aceite comestible. Tenemos el propósito de llegar a las 2 000 hectáreas sembradas este año y producir el aceite que consumen los avileños, logro que no es una quimera.
«También rescatamos el cultivo de la piña. De 94 hectáreas plantadas al cierre del año anterior, hoy tenemos más de 200. Hemos recuperado, además, tres centros de la acuicultura, que totalizan más de 40 hectáreas de espejos de agua. Pero, más allá de esos resultados, queda mucho trecho por recorrer».
La preparación de tierras para la siembra no se detiene en la provincia. Foto: Ortelio González Martínez
–¿Cómo se articula el trabajo entre las organizaciones de masas, el Partido y la comunidad para construir el socialismo próspero y sostenible a que aspiramos los cubanos?
–Es imposible construir el socialismo sin participación popular. Hemos diseñado un sistema de trabajo con la participación del pueblo. A la producción de alimentos están vinculados los trabajadores, cederistas, la Unión de Jóvenes Comunistas, la Federación de Mujeres Cubanas. Todos los viernes visitamos entre 400 y 500 productores en la provincia para sumarlos al incremento de los aportes.
«También ese día de la semana hacemos el cambio de labor para tener una ciudad más limpia, higiénica, con un mejor ambiente, con la participación de todo el pueblo; los sábados en la mañana hacemos trabajo comunitario integrado en los barrios, y en la tarde se venden alimentos elaborados en los consejos populares, a precios módicos. Los domingos realizamos trabajos voluntarios. El sistema está diseñado para construir, entre todos, con el aporte indispensable de los avileños, ese socialismo que queremos».
–¿Qué legado pudiera dejar en la provincia esta celebración?
–En lo tangible, genera gran impacto tener listo, para el 26 de Julio, seis salones de operaciones en el hospital Antonio Luaces Iraola; un nuevo mercado agropecuario abastecido por La Cuba; la recuperación del Teatro Principal de Ciego de Ávila; y la inauguración del tercer parque solar fotovoltaico de 21,8 megawatts; la reparación de más de 20 instituciones de la Salud y 19 educacionales, así como más de 380 bodegas rehabilitadas, y de una casa para niños sin amparo familiar, de edades comprendidas entre cero y seis años.
«A ello se agrega la puesta en marcha de la fábrica de torula y la activación del ingenio azucarero Enrique Varona para fabricar levadura, después de siete años inactivo.
«Todo eso reafirma que el avileño es un pueblo comprometido con la Revolución y el ejemplo inmortal de Fidel».
Tomado de Granma