La reciente obra ¨Bebé¨ de la compañía Guiñol Polichinela volvió a los escenarios de la Sala Abdala en Ciego de Ávila. Pareciera que una vez más llegaría lo reiterativo desde su estreno en noviembre de 2023, sin embargo, nada pudo opacar el brillo de esta puesta en escena, la cual volvió a encantar y marco un punto de giro importante en la tradicional estética de la compañía.
Menos títeres, más actores de lo habitual y un diseño de vestuario colorido e ingenioso fueron las primeras cartas de triunfo. El resto lo hicieron las luces convertidas en cuerpo y alma de la obra, la cuidada selección musical, y el propio guion que, aun teniendo como sostén e inspiración el cuento Bebé y el señor Don Pomposo, de la Edad de Oro, sugirió otros matices, introdujo nuevos personajes y nos ubicó en un contexto diferente.
La nobleza del alma de Bebé, tal cual aparece en el relato original, comienza a ser develada cuando se quita la ropa y se la entrega a los niños pobres sin importar los regaños de Luisa, cuando insiste en el abrazo de su madre o cuando juega con su primo Raúl, que no tiene mamá y siempre está triste.
En esta pieza teatral de Rafael González, el trabajo titiritero en los personajes es una de las novedades de la propuesta: la búsqueda de que el mensaje perdure más allá de las risas compartidas y el intento por sensibilizar, mientras labran un camino esbozado antes con la Carpetica de Yarey, pensada para niños en el umbral de la adolescencia y con actores en escena.
Si todo lo bueno cabe en un grano de maíz, la semilla está echada, Bebé es un niño magnifico. Y por magnifico pudiéramos concebir con empatía hacia quienes lo rodean y con un alto grado de sentido de la justicia y la igualdad, mensajes universales que, sin dudas, trascendieron más allá de los 50 minutos de montaje.
Un regalo para la ciudad de los anfitriones por excelencia del Guiñol Polichinela, encuentro que deber ser aún más sistemático de esta y otras agrupaciones, para el goce y disfrute de los amantes del teatro cubano.