Junio nos recuerda momentos cruciales de nuestra historia. El nacimiento de héroes como Antonio Maceo y Ernesto Guevara; la partida de Máximo Gómez y Carlos Baliño, marcan este mes con fechas inolvidables.
Pero el 18 de junio, el corazón de Cuba se encoge. Ese día, en 2007, la luz de Vilma Espín se apagó, dejando un vacío imposible de llenar.
El Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, insiste en que a esta heroína hay que recordarla siempre batallando, luchando con arrojo, con mucha fraternidad y amor. También con su pasión revolucionaria, estoicismo, entrega, capacidad de sacrificio, sus desvelos y, sobre todo, con la dulzura y la ternura con las que siempre trató a todos.
Hoy, honramos la memoria de esta mujer excepcional, una guerrillera valiente y defensora incansable de los derechos humanos.
Su espíritu revolucionario y su férrea determinación siguen vivos en cada cubano. La combatiente de talla excepcional nos legó un coraje y un sacrificio que resonarán por siempre en la historia.
Para las mujeres, es sinónimo de libertad, independencia y soberanía. Para los cubanos en general, representa enseñanza, gratitud y admiración. Muchos la consideran la Mariana de su tiempo.
La General de Brigada Delsa Esther (Teté) Puebla, Heroína de la República de Cuba, recuerda a Vilma con cariño: «Hay una cosa que ella nos decía siempre: ‘Tete, por mucho trabajo que tú tengas, no abandones a tus hijos’. Es decir, que aunque yo trabajara sin horas, mis hijos eran fundamentales en la vida, y de ella tenemos que seguir ese ejemplo; ella trabajó sin horas, le dedicó todo a la Revolución, pero su familia era un pago sagrado para ella, y así ha sido para nosotros».
La Sierra Maestra atesora su esencia y su valentía en cada acción clandestina. Humilde y sencilla, pero intransigente, defensora de nuestras tradiciones y fundadora de la Federación de Mujeres Cubanas.
Su obra, la voz que se alza en defensa de las mujeres, sigue viva. Vilma decía que las mujeres eran una Revolución dentro de la Revolución, y hoy son vencedoras de imposibles.
¿Quién puede decir que ya no está? Su huella profunda se encuentra en cada transformación de la Revolución. Cada logro de las mujeres cubanas por quienes luchó hasta su último aliento, lleva su nombre.
Aunque su partida física dejó un vacío que solo se puede llenar con el compromiso de seguir luchando por un mundo más justo y equitativo, sigue viva en nuestros corazones e ideales.
Como dijera Yolanda Ferrer Gómez, quien fuera Secretaria General de la FMC: «Vilma va a estar en cada victoria y en cada batalla. Vilma va a estar en los avances de las mujeres, en la sonrisa de los niños, en las muchachas y en los jóvenes que van a dar continuidad a la Revolución. Va a ser recordada como una de las grandes, entre las grandes heroínas de la Patria. Siempre Vilma, siempre quedará, en la historia eternamente».
Tomado de PCC