“El turismo es esencialmente reticular. Lo que se haga para fomentar la cooperación y las alianzas será positivo para todos los actores“, aseguró este miércoles Ramón Martín Fernández, profesor emérito de la Universidad de La Habana, durante un panel sobre el papel de las cooperativas en el desarrollo turístico, como parte de la XV Convención Internacional de Cooperativismo, COOPERAT 2024, que hasta este jueves sesiona en el Palacio de Convenciones de La Habana.
En un primer momento del debate, Martín Fernández explicó que que el cooperativismo surgió de la necesidad de unir esfuerzos para mejorar los procesos de gestión.
“Este tipo de economía social tiene innúmeras ventajas como instrumento de desarrollo del turismo rural a medida que uno de los principales problemas del turismo rural reside en la fragmentación de la oferta y en la comercialización de sus productos. El cooperativismo une esfuerzos y promueve acciones conjuntas y planificadas para organizar esta oferta agregando valores a la formación del producto turístico y su consolidación”.
Para el especialista, se debe cambiar la realidad actual y dar mayor protagonismo al territorio y a las cooperativas, principalmente “en la concepción y desarrollo de nuevos atractivos y actividades turísticas”.
La principal tarea para lograr este cambio, explicó Martín Fernández, es la preparación de las administraciones locales y de los interesados. En esta labor, insistió, se debe contar con las universidades y con el desarrollo de la ciencia y la innovación.
“Hay que entender que el turismo atrae por su variedad de clústeres (la sociedad, la industria, el patrimonio) y nunca las empresas turísticas serán dueñas de estos recursos valorizados o valorizables“.
Según el profesor universitario, existen cuatro enfoques de cooperativismo en el turismo: las cooperativas que propician que las personas hagan turismo; las cooperativas que facilitan el desarrollo (al llegar a sitios donde otras empresas grandes no llegan, crean condiciones para el desarrollo turístico: transporte, electricidad, agua, etc.); cooperativas de servicios turísticos propiamente dichos (por servicios o integrales) de modo independiente o formando parte de otras producciones o servicios, y cooperativas de gestión.
“Estamos acostumbrados a que son las grandes empresas turísticas y el Ministerio de Turismo los que se encarguen de esta actividad y no empoderamos a los municipios para que enfrenten al sector. Tenemos propuestas para impartir cursos a los intendentes, presidentes de Asambleas Municipales, vicegobernadores y gobernadores para cambiar la concepción del desarrollo turístico en los municipios“.
Existen estrategias de desarrollo municipal en todo el país, pero en muy pocos territorios hay inclusión del turismo.
“Las empresas turísticas y el sector tienen que comprender que los recursos valorizados para usar en el turismo son del pueblo. El patrimonio hay que venderlo como turismo y hay que dar resultados económicos también a los gestores de ese patrimonio.
“Hay que acabar de entender que el turismo es mucho más grande que lo que su empresa vende y que el beneficiario final tiene que ser la población, no solo de modo indirecto como acostumbramos en Cuba, sino directo“.
Así, si la divisa llega de modo directo al poblador, habrá una implicación mayor de toda la población para atraer los flujos turísticos que tanto necesita el país.
El emprendimiento en el sector agrario: Desafíos y oportunidades
El emprendimiento en el sector agrario fue objeto de diálogo en la segunda jornada del Taller Internacional de Fincas Emprendedoras, que sesiona como parte de COOPERAT 2024.
Marcelo Resende, representante de la FAO en Cuba, señaló que el contexto económico actual es difícil, pero a la vez es el momento en que más se han abierto las inversiones, para consolidar una agenda de actividades económicas que otorgue autonomía a los emprendedores.
“Estamos en un importante proceso de cambios. Existen aspectos en los que queremos avanzar y lo haremos en el marco de la institucionalidad del país (…) No estamos hablando de pedir donaciones a las organizaciones internacionales. Necesitamos inversiones, poder pagarlas y seguir creciendo. Ese es el reto”, afirmó.
Como resumen de un trabajo previo en dinámicas grupales en el taller, se expusieron los principales desafíos y oportunidades para el desarrollo de los emprendimientos.
Entre las oportunidades, resaltaron la existencia de normas jurídicas para el desarrollo del emprendimiento, las inversiones priorizadas para el sector agrario; mientras que, entre las problemáticas, trascendieron la capacidad e infraestructura limitadas en el sector financiero para acceder al dinero en efectivo, las ineficientes cadenas de valor en la producción, cadenas de impagos a los pequeños agricultores, falta de acompañamiento profesional y apoyo para la presentación de proyectos atractivos, la poca fuerza de trabajo en el sector, etc.
El taller tiene como objetivo fomentar el desarrollo de emprendimientos y esquemas financieros en la producción, transformación y comercialización en el sector agrícola.
Cuenta con una amplia participación de productores, representantes de ministerios y Organismos de la Administración Central del Estado, la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños, la Asociación Nacional de Economistas, la Universidad de La Habana, grupos empresariales, y la Fundación para el Hombre y la Naturaleza Antonio Núñez Jiménez.
También asisten representaciones diplomáticas de las embajadas de Noruega y Canadá, miembros de la Agencia Suiza de Cooperación, el Movimiento de Trabajadores Sin Tierra de Brasil y el Sistema de las Naciones Unidas en Cuba.
El taller seguirá ofreciendo espacios de diálogo y reflexión mañana, en su última jornada. El propósito es abordar desafíos y oportunidades, en aras de un futuro más productivo y sostenible en el sector agrario.
Tomado de Cubadebate