El 4 de junio de 1965, cuando él nació, ya los Comités de Defensa de la Revolución iban camino a su quinto aniversario. Ahora, cuando se celebran los 64 años, y está a punto de salir a la luz la campaña por los 65, el Héroe de la República Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional, habla con vehemencia de lo más distintivo de los CDR que Fidel fundara el 28 de septiembre de 1960.

No olvida que para no pocos ya el tiempo de los Comités de Defensa de la Revolución había pasado, porque ya no había petardos, amenazas, ni agresiones, pero también estaban bastante inactivos y comenta:

“Por mucho tiempo hubo personas que hasta se cuestionaron, erróneamente, la necesidad de que en Cuba existiera una organización como la nuestra. Ese planteamiento se vino al piso, durante la pandemia, cuando nuestra organización jugó un papel muy importante, en todos los sentidos.

“No es ocioso decir que es un privilegio para cualquier país del mundo tener en las cuadras, en los barrios, una organización que, por más dificultades que tengamos en el funcionamiento –bien, regular o mal–, ofrezca la facilidad de poder tomar un teléfono para llamar a un líder nuestro en cualquier municipio, en cualquier barrio y preguntarle, por ejemplo, cuántos impedidos físicos hay en esta o aquella cuadra, dato que podemos lograr de inmediato. Quizás en un país donde no exista este tipo de estructura resulte más complejo.

“Otras tareas evidencian, igualmente, su necesidad: en los tiempos de comicios en que hace falta actualizar el registro de electores, ¿quién sabe los cederistas que ya no viven ahí o alcanzaron la edad requerida para ejercer su derecho al voto? ¿Quién puede informar acerca de las personas que fallecieron o son vecinos de reciente incorporación? El CDR, que da la facilidad de que la información fluya y se actualice con mayor rapidez”.

–Hay una gran distancia entre el hoy y aquel 28 de septiembre. ¿O me equivoco?

–Esta organización fue fundada por Fidel en una Cuba muy diferente a la de hoy; en un mundo igualmente distinto. Han pasado 64 años y no podemos aspirar a que sean unos CDR exactamente iguales y que funcionen de la misma manera que en los años 60. Pero hay algo que no ha cambiado, ni va a cambiar, y tiene que ver mucho con su nombre: Comités de Defensa de la Revolución. Defender a la Revolución es y seguirá siendo nuestra principal misión, desde nuestros barrios, nuestro entorno.

De aniversario

Tradicionalmente, septiembre es un mes muy atareado para los CDR. La celebración de este aniversario tiene sus particularidades. ¿Pudiera ofrecernos los detalles más significativos?

–Este aniversario 64 nos va a servir de puente hacia la campaña por los 65 años de la organización. A partir de la convocatoria, se estarán desarrollando actividades relacionadas con la celebración de 2025, de modo que en breve se presentará la campaña, con el logotipo que representará las actividades y la canción alegórica.

“En la actualidad se desarrolla un programa que comprende la entrega del Premio del Barrio. En esta oportunidad la primera en recibirlo fue la Brigada de Solidaridad Española Hermanamiento Nou Barris, que este año cumplió su trigésimo aniversario; es decir, hace tres décadas que, en las buenas, en las malas y en las regulares, esa brigada de Barcelona está junto a nosotros, con la compañera Maruja Ruiz al frente. Hasta el día 30 de septiembre continuaremos entregando este reconocimiento –38 en total–, que consiste en una cerámica que nos dona el artista Lázaro Valdés, conocido artísticamente como Matacochino”.

Este programa comprende jornadas de limpieza y embellecimiento. ¿Disponen de recursos para ello?

–Es un tema bastante complicado. Hablar de movilización para la limpieza y el embellecimiento cuando el país ha estado enfrentando una situación económica bastante compleja, con incidencia en el combustible para los camiones, resultado de lo cual podemos ver acumulación de desperdicios en muchos lugares. Pese a ello estamos decididos a hacer nuestro aporte y tratar de mantener la higiene en nuestro entorno, si bien no es una responsabilidad nuestra y no somos responsables de recoger la basura.

“Es verdad que no hay combustible para los camiones, pero eso no justifica que tengamos un herbazal en nuestro entorno y que no lo cortemos. En las distintas sedes de la organización estamos llamando a mantener el entorno limpio. Desde nuestras posibilidades, siempre hay acciones que se pueden realizar para mantener la higiene.

“En la movilización de nuestros compatriotas, en cuestiones aparentemente tan sencillas como preservar la disciplina social, cuidar la higiene ambiental… Parecen asuntos simples, pero cuando valoramos, nos damos cuenta de que no podemos generar nosotros la incultura de la suciedad y la despreocupación. Habrá quienes digan que en las calles hay mucha suciedad porque no han recogido la basura. Es cierto, tenemos problemas, pero eso no quiere decir que nos convirtamos en sucios o propagadores de la suciedad”.

–¿Están en un buen momento las actividades que, directa o indirectamente inciden en la economía?

–Los festivales de materias primas han tomado fuerza en los últimos tiempos, aunque también el Grupo Empresarial de Recuperación sufre las afectaciones motivadas por las dificultades económicas. Esta recogida ha prendido en algunos lugares más que en otros y se han estrechado en mayor medida las relaciones con las empresas locales encargadas de esta actividad y le vamos a prestar nuestra atención por ser de las que contribuyen al desarrollo de la economía.

“En los lugares donde se llevan a cabo, estos minifestivales generan todo un ambiente cederista, de entusiasmo, que ayuda a fortalecer el actuar en la base, a la vez que aporta su granito de arena económicamente.

“El movimiento “Cultiva tu pedacito” ha ido prendiendo en muchos lugares. Ya no se trata solo de patios; hay quienes los hacen en azoteas, como la familia Saavedra, en Santiago de Cuba, quienes comenzaron colocando tanques cortados en la azotea para sembrar, y ya tienen un lugar de referencia, hasta colmenas con abejas meliponas para la polinización; preparan su propio compost –el resultado de un proceso biológico que tiene el objetivo de estabilizar e higienizar los residuos orgánicos a fin de que estos puedan ser utilizados como fertilizante–; no tienen patio, pero se las han agenciado y producen desde esa área del edificio, y son de Referencia, por sus aportes, desde los resultados productivos hasta la contribución a instruir a los vecinos de la comunidad sobre cómo originar la materia orgánica y los diferentes tipos de cultivos, además de diversos talleres.

“Los menciono a ellos, pero hay muchas familias que se destacan a lo largo y ancho del país, porque están produciendo y donando a centros de la salud, educacionales y de atención social. Además, ejemplos hay de lugares donde la organización de base no funcionaba y a partir de la unión de varios vecinos para constituir el huerto, el CDR comenzó a funcionar, por la comunión de intereses y el estrechamiento, el fortalecimiento de los vínculos de solidaridad entre ellos. Este es un ejercicio útil, muy provechoso.

“También nos distingue otra tarea de un valor humano extraordinario: las donaciones de sangre. Su desarrollo no ha estado exento de los problemas materiales que enfrenta el país. Se complejiza la entrega de bolsas por el Ministerio de Salud Pública; las meriendas para los donantes escasean, a veces; pese a ello continuamos convocando por la importancia que este gesto tiene. A la par que estimulamos, agradecemos a las personas con una larga trayectoria como donantes, igual que a los jóvenes que ya les siguen los pasos”.

Se aproxima el proceso de rendición de cuenta

–¡Importantísimo! Ya estamos trabajando con los compañeros del Poder Popular para brindar nuestro aporte en la movilización de los vecinos, en la preparación de las áreas donde se van a efectuar las asambleas y para que los vecinos sugieran y aporten ideas en estas asambleas, luego de tanto tiempo sin su realización, en tiempos difíciles y con tantos problemas acumulados. Este va a ser un reto grande para el gobierno local, nuestras organizaciones de base y la nación en general, pero es un proceso muy necesario”.

El proceso orgánico y la celebración de un Congreso que continúa

“En 2023, tras la convocatoria al X Congreso de nuestra organización, se desarrolló un proceso de revitalización y fortalecimiento que nos llevó a aquellos lugares donde el trabajo no era el óptimo, lugares donde, prácticamente, no había funcionamiento, y otros que funcionaban mal. Como resultado, podemos decir que, si bien no presentamos un estado óptimo de la organización –esta labor es a largo plazo–, sí hemos logrado recuperar las estructuras donde no funcionaban bien; la incorporación de jóvenes a los cargos, aunque no en la magnitud que quisiéramos. Este es un objetivo en el cual seguimos enfrascados.

“Si me preguntan si los CDR están bien y funcionan sin problemas, la respuesta sería NO. Nuestra labor no se detiene; sin embargo, tenemos dificultades con la plantilla, que nos esforzamos en completar. El funcionamiento de las organizaciones de base es esencial; mas, si en el municipio no hay quien lo atienda, resulta mucho más complejo, y es este uno de los retos actuales”.

–¿Cuál es la dificultad?

–Cuando abordas a alguien para ocupar cargo en un comité, la respuesta es, por lo general, que después de trabajar ocho horas no alcanza el tiempo para involucrarse en las tareas de la organización, porque tienen que cocinar –no solo las mujeres, en ocasiones los hombres también–; si vas con un estudiante, te dice que la universidad le ocupa mucho tiempo y tampoco puede involucrarse en las tareas de la comunidad. Como consecuencia, ¿quién se echa encima las tareas de los comités? El abuelito, el jubilado de la casa, algo que nos ha afectado, porque agradecemos mucho todo lo que han hecho nuestros mayores, pero también necesitamos el relevo, jóvenes que se den cuenta de que su vocación de líderes, de organizadores, sus ideas frescas e iniciativas las pueden desplegar allí, en el lugar donde viven, en su entorno. Los problemas acumulados en las comunidades pueden tener su solución en manos de jóvenes capaces, con iniciativas demostradas, de las cuales pueda beneficiarse el barrio”.

El funcionamiento fue un tema ampliamente abordado en el Congreso, ¿qué experiencias les aportaron los debates?

–El Congreso nos trazó las pautas. Hay tareas no cumplidas porque se sabía que su materialización era a más largo plazo, como la incorporación de los jóvenes. Cuando calculamos las cifras, los porcentajes, vemos que no tenemos la cantidad que quisiéramos. Es un imperativo continuar trabajando.

“Aspiramos a que nuestras organizaciones de base funcionen en todas las cuadras. Todavía hay estructuras que no cumplen sus funciones como se precisa. Es complejo, son 138 000 CDR en todo el país, entre los que se incluyen las comunidades montañosas. Está claro que no nos detenemos en el propósito de continuar mejorando el trabajo, con las complejidades de estos tiempos, que también es algo a tener en cuenta y, sobre todo, conscientes de que los CDR hoy no tienen que ser iguales a los de los años 60 o 70.

“Hay personas que nos dicen que la guardia ya no se hace de esta o aquella manera, o simplemente no se hace. Nosotros respondemos a las características de estos tiempos y, quizás, en lugares donde en un momento determinado funcionó hacer la guardia de 11 de la noche a 2 de la madrugada, y de 2 a 5 de la mañana, ya no sea igual y haya cámara de seguridad en la cuadra; los vecinos adoptan otro tipo de sistema para la vigilancia… Lo que sí estamos haciendo un llamado a no desmovilizarnos. Está el ejemplo de los vecinos que se ponen de acuerdo y deciden qué objetivos cuidar o en qué áreas desarrollar la vigilancia revolucionaria con más rigor. Es muy bueno que sean los propios vecinos –en definitiva, los dueños de la comunidad– quienes digan qué hacer en el barrio y cómo movilizarse para proteger el entorno. Se trata de adaptar los CDR a los tiempos que vivimos.

“Todo lo anterior, sin olvidar que la misión de la organización fue, es y seguirá siendo la defensa de la Revolución desde nuestras comunidades, pero respondamos a las preguntas: ¿cómo se defiende a la Revolución en 2024? ¿Cuál es el papel que le toca jugar a los CDR? Quizás las respuestas tengan sus aristas diferentes a las de 1960. Sin embargo, por más que incorporemos nuevas actividades y asumamos nuevas tareas, la misión fundamental de los CDR nunca va a cambiar”.

Tomado de Bohemia

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