La nueva jornada de protestas contra la presidenta peruana Dina Boluarte, a pesar de los llamados oficiales a quedarse en casa para ver un clásico de fútbol, logró movilizar a 21.000 personas en todo el país. La represión policial, que quedó registrada en varios videos, volvió a ser la protagonista de los hechos que dejaron 11 heridos, entre ellos varios periodistas.
La tercera Toma de Lima no solo concentró a manifestantes en la capital, pues hubo movilizaciones en 64 provincias de las 195 peruanas, según el reporte de la Defensoría del Pueblo.
Las autoridades elogiaron ampliamente la actuación policial, a pesar de las imágenes que dieron cuenta de uso excesivo de la fuerza para repeler la protesta y de los disparos de balas de goma contra quienes manifestaban.
Hechos de violencia

La policía antidisturbios durante una protesta en el centro de Lima, Perú, el 19 de julio de 2023Rodrigo Abd / AP
Los choques entre manifestantes y policías, reportados por la Defensoría de Pueblo, se registraron principalmente en la Plaza de Armas de Huancavelica, capital del departamento homónimo, donde los funcionarios lanzaron lacrimógenas.
Por otro lado, frente al Congreso, en Lima, hubo momentos de tensión cuando los manifestantes intentaron romper el cerco policial y los uniformados respondieron con bombas lacrimógenas. Sin embargo, también se reportaron heridos con perdigones.
Además, hubo una toma pacífica de las instalaciones de la Universidad Nacional de Cajamarca y la quema de un cajón de cartón en la puerta de la Prefectura de Huancavelica.
Dina Boluarte y las “banderas de guerra”

Los manifestantes sostienen un cartel durante una marcha por el centro de Lima, Perú, 19 de julio de 2023.Rodrigo Abd / AP
Mientras en buena parte del país los manifestantes expresaban su rechazo contra Boluarte, el congresista Jaime Quito introdujo una denuncia constitucional contra la mandataria y el primer ministro Alberto Otárola, por los presuntos delitos de “usurpación de función pública, aceptación ilegal al cargo y por infracciones a la Carta Magna «cometidas durante las violaciones a los derechos humanos”, recoge Exitosa.
Aunque aún Boluarte no se pronuncia sobre esta movilización en su contra, la víspera manifestó que no entendía “por qué nuevamente atizan sus banderas de guerra y anuncian con llegar a Lima desde el Vraem [Valle de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro ], queriendo tomar desde el centro a todo el país”.
En la cuenta de Twitter de la presidencia destacan sus reuniones con alcaldes, actos oficiales y las piezas institucionales donde un empresario de la industria textil afirma que trabaja diariamente “porque el país no puede parar”, como reacción a los llamados a cese de actividades en algunas provincias peruanas.
El Gobierno además se ha valido de formas más sutiles para sofocar esta nuevas protestas, sin el uso de los cuerpos de seguridad. Esta semana, Otárola –cuya salida también piden manifestantes– apostó al deporte y abogó porque los peruanos vean con “tranquilidad y normalidad” el próximo sábado el clásico de fútbol entre equipos los Alianza Lima y Universitario.
El ministro del Interior respaldó estas afirmaciones y dijo que les correspondía garantizar “el bienestar y la recreación de los ciudadanos”. “Muchos de ellos quieren ir a ver un partido de fútbol”, alegó, según La República.