Para ningún compatriota es un secreto: Cuba atraviesa un momento crítico en su devenir como nación. Ante las disyuntivas cotidianas que las familias deben encarar, muchos, incluso, no dudan en confirmar que el impacto de las medidas coercitivas y extraterritoriales del bloqueo imperial que atenazan al país, alcanza niveles inéditos en la prolongada lista de agresiones que ya rebasaron las seis décadas de obstinada persistencia.
En esas adversas circunstancias, que el Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Cuba haya acordado otorgar a Ciego de Ávila la sede del Acto Central Nacional por el aniversario 72 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, constituye un notable resultado y una oportunidad de aspirar a avances superiores, pero en un contexto bien diferente al que predominaba en 1980, cuando la provincia festejó el primer triunfo de esta magnitud.
Si por entonces resultaba habitual la asignación de materiales de la construcción y otros recursos que posibilitaban mejoras y la consiguiente edificación de viviendas, reparación de unidades e inauguración de enclaves de la producción y los servicios, hoy el panorama es bien diferente.
¿Qué podemos esperar de un 26 avileño? Sencillamente, lo que depende de nuestros esfuerzos, del trabajo creador que redunde en beneficio de la población y la sociedad.
Podemos, y debemos, contar con nuestros brazos para que la vida en comunidades y consejos populares sea más llevadera, se reanimen cuanto sea posible industrias, fábricas, centros educativos y comerciales; en un entorno donde prevalezcan la higiene y el buen gusto.
Por esta ocasión las transformaciones tendrán que venir con etiqueta y sabor local, mas en la medida en las cuales sepamos conquistarlas, crecerán el grado de satisfacción y la alegría consustancial a las realizaciones de calidad.
Serán los días y semanas inmediatos, tiempo para sudar de lo lindo, para demostrar que en el lugar donde mambises y rebeldes burlaron el cerco de los explotadores a costa de extraordinarios sacrificios y muestras de heroísmo, hoy se levanta un pueblo con la estirpe de vencedor heredada de sus antepasados.
Fácil no será. Cada amanecer nace preñado de obstáculos, al punto de que algunos días parecen cerrados todos los caminos. A dar pruebas de voluntad inquebrantable y de capacidad creadora estamos llamados en Ciego de Ávila. Y ni por un segundo podemos darnos el lujo de cejar en el empeño.
Tomado de Invasor