Entre las 1000 personas que recoge el diagnóstico de salud del Consultorio del Médico y la Enfermera de la Familia No. 12, en la ciudad cabecera, apenas un caso de dengue en ingreso domiciliario se reporta por estos días; sin embargo, este número no le da tranquilidad a la doctora Dianis León Valdés, consciente de que muchos permanecen en casa sin declarar los síntomas y de todas las variables que agravan el panorama de salud en su comunidad.

La primera que esgrime son los microveretederos en cualquier esquina y, las otras, las achaca a una inusual campaña de enfrentamiento al mosquito Aedes aegypti, la cual está limitada por el déficit de recursos, que obliga a administrar lo poco entre muchos y nos deja en deuda con el humo blanco de la fumigación, que antes invadía cuadras enteras.

La observancia de los síntomas y velar por que el paciente al sexto día acuda al policlínico para la toma de muestras es el protocolo que siguen al “pie de la letra”, aunque ya veremos que sus preocupaciones no son en balde y que las acciones de promoción y prevención de salud por sí solas no frenarán la enfermedad.

Hoy el curso del dengue en la provincia tiende al incremento del número de sospechosos, de la tasa de incidencia y de la velocidad de transmisión; mientras que las acciones intensivas en las zonas identificadas como de alto riesgo epidemiológico se limitan al bloqueo de los casos (fumigar la casa del enfermo y las adyacentes) y a las radiobatidas.

De acuerdo con las declaraciones de José Luis López González, subdirector de Epidemiología en la provincia, al cierre de la semana 27 del año el municipio Ciego de Ávila registra un alto riesgo de transmisión, con un índice de infestación de 0.29, de un 0.05 permisible, y resulta el de mayor focalidad, sumando 152 los focos identificados hasta la fecha.

“Las incidencias hoy están en el incumplimiento del ingreso domiciliario; cuando visitamos las casas las personas enfermas están trabajando o en la calle y hay negativas a realizarse la prueba IgM para confirmar o descartar el virus. Además, no funcionan los grupos comunitarios para la pesquisa en los barrios y no se completa la fuerza de trabajo en los grupos de operarios”.

En mejor situación se encuentra Majagua, municipio con el mayor índice de infestación y el cual ha acaparado el grueso de las acciones de enfrentamiento al vector en los últimos meses, al sumar tres semanas sin positividad ni casos sospechosos. A su vez, Baraguá incrementa la tasa de incidencia y Morón “debuta” en esta temporada como el segundo territorio de complejidad epidemiológica, moviéndose en zona de epidemia.

Los reportes desde la Ciudad del Gallo indican un promedio de 21 febriles diarios y un índice de infestación de 0.55, con un signo de interrogación que se cierne sobre sus dos áreas de salud. Hacia allí se concentran todos los esfuerzos y los próximos días serán decisivos para cortarle el vuelo al Aedes aegypti.

Por Ailén Castilla Pasrón (Periódico Invasor)

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