Puede que todavía hoy queden en las redes sociales de Internet y en la memoria afectiva de no pocos avileños las imágenes en movimiento de un evento que puso a bailar a la ciudad misma. Danzar en casa fue un espacio de confluencias exitoso, que nunca cejó en el empeño de convertir a Ciego de Ávila en la capital de la danza en Cuba.

No es que hagan falta títulos nobiliarios ni declaraciones pomposas; bastaron el ritmo y el apego a la tradición cultural como expresiones de un espacio vital renovado y cargado de significaciones.

Producido por Latin Luli´s Productions y el Consejo provincial de las Artes Escénicas, la segunda edición consiguió reunir disímiles formas de asumir el baile, desde el folclor más acendrado hasta la experimentación contemporánea que hace del cuerpo ya no un instrumento para el arte, sino el arte en sí mismo. En medio de un contexto socioeconómico adverso, el evento logró ser y proponer, sobreponiéndose a cualquier contratiempo.

Si algo pudiéramos sugerirle, nunca en tono de reproche, sería hacer suyos más espacios dentro de la ciudad, no tan céntricos; moverse a las periferias, donde la apreciación del arte danzario podría discurrir desde otros saberes y prácticas. No obstante, llegar hasta varios municipios fue una ganancia incuestionable de la edición de 2024, que ensanchó los horizontes del Danzar en…

Le pedimos a los organizadores, también, masificar aún más sus espacios teóricos, para que otros públicos puedan tener acceso a esa teoría tan importante como la misma práctica.

Grandes y chicos pudieron quedarse boquiabiertos frente a las propuestas ingeniosas de grupos como Metanoia, Gamadh, Telón Abierto. Ahí radica la oportuna magia de hacerlos brillar en un mismo escenario con toda la lucidez posible.

Lo mismo ocurrió con propuestas tan variadas como las de la compañía Zama, Danza de los placeres, ArNova, AlArte y la Embajada artística Eirete, de Paraguay. Todos inmersos en el gozo de bailar para un público ávido de ese tipo de muestras y conocedor de ritmos, pasos y piruetas.

Por ello, los maratones dancísticos diarios fueron como esa bandeja de plata con la quedó complacido el comensal más exigente del baile popular y contemporáneo. Porque había para todos los gustos.

El seguidor de las tradiciones folclóricas, desde la génesis de nuestra cultura, pudo tener los espectáculos de la compañía Nagó. Además, de sus coloridos instrumentos musicales y vestuario. Más la majestuosidad de sus danzas.

Pero ahí no quedó todo, porque en la misma tierra de Primero de Enero, a quien se le dedicara este evento por sus bailes y tradiciones culturales, se realizó un conversatorio con la presencia de dos grandes investigadores.

Felipe Nicanor, actual Director municipal de Cultura y director del grupo portador Nagó, tuvo el espacio diurno para demostrarnos, en una brillante clase práctica, la diferencia entre el Congó y el Nagó, con sus pasos, expresiones, agarres y posturas. Todo con una explicación detallada de la presencia francohatiana en ese territorio, tan defendida, entre otras plazas, en el Eva Gaspar in Memoriam.

Allí mismo, la Msc. Marilyn Garbey Oquendo llevó, a base de preguntas, a Yoelxis Pillener López a dar toda una disertación sobre la esencia haitiana desplegada en el corazón de Camagüey, en la charla “Kamahaiti: Unión y Danzas”.

Se habló de imaginario popular, de tipos de bailes; de formas de ver y hacer en materia cultural tradicional, la enseñanza de las danzas. De tradición danzaria, también, se habló y hubo quienes quedaron muy interesados en el asunto.

En Majagua, donde fue feliz la celebración del Día Internacional de la Danza, la tradición de los Bandos Rojos y Azul es tan fuerte como el nudo en el pañuelo bicolor que los distingue. El tercer día del evento quedó perpetuado con la bienvenida de los grandiosos Peques del batey, y con el conversatorio ofrecido por Dargis Cervantes, metodóloga, y por la presencia fundamental del escritor Wilfredo Boán Pina, quienes discursaron sobre las tonadas en Majagua y la necesidad de preservar esta tradición popular.

Pero lo más relevante de estos momentos teórico-demostrativos, fue la clase magistral del maestro Ángel Morán Paz, creador de metodologías del aprendizaje de la danza campesina. Se lució con su clase en donde todos los invitados al evento montaron, paso a paso, algunos de los bailes típicos de esta región.

Y hasta la Escuela Elemental de Arte Ñola Sahíg Saínz en Ciego de Ávila, también llegaron los participantes de esta jornada internacional para dejar su impronta motivacional en los futuros bailarines de la provincia.

Asimismo, el libro tuvo su protagonismo cuando en la sala Abdala se presentaron dos ejemplares dedicados por entero a la danza, a cargo de la Msc. Marilyn Garbey Oquendo.

EL patio del Comité provincial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba fue el escenario ideal para el recibimiento de los artistas y participantes, con su vernissage auspiciado por Havana Club S.A., momento de socialización y agasajo entre todos.

Asimismo, la noche de la primera presentación corrió a cargo de la mexicana María Lourdes con su perfomance dancístico Diálogos silenciosos de una inquilina en el D.F., ahora CdMx. O ¿Qué nos pasó?, que arrancó vítores entre los asistentes.

Loable fue el trabajo del equipo de producción en este evento que supo no solo mantener en tiempo y forma los escenarios para cada actividad, sino, también, estar al tanto de las necesidades y exigencias de los artistas.

La ciudad de los portales se sintió motivada y feliz entre el 27 de abril y hasta el 1ro. de mayo, y danzó al compás tradicional de nuestra cultura. Se agenció de los mejores cultores para dejar precedentes y estimular la creación artística danzaria. Además de que coloreó la vida social de este terruño para rescatarle su ritmo y sabor, mientras que todos esperan ya, la próxima edición del Danzar en casa.

Tomado de Invasor

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