El título, aunque pareciera fatídico, no lo es. La noticia la supe por el Facebook del propio Yasmani quien, con su cuaderno de poesía Poda de conformación, aún inédito, obtuvo el lauro en el I Concurso Literario La Rueda Dentada.
Este es un certamen poético que lanzara el grupo creativo-literario y que se considera así mismos, «Grupo de escritores con ganas de comerse el mundo a sueños», y al cual participaron 66 autores de todo el país.
El jurado, compuesto por los intelectuales Lisy García Valdés, Carlos Alberto Esquivel Guerra y Diusmel Machado Estrada, ha declarado en acta: “El jurado desea destacar la importancia de este certamen poético que nace en Camagüey, comarca cuna de la literatura cubana, y seguramente aportará nuevos impulsos a la creación poética insular”.
Además del premio, este jurado decidió entregar seis menciones en igualdad de condiciones por la calidad presentada y el nivel poético elevado que todas poseen.
Asimismo, reconoce que el libro ganador, “sobresale en virtud de la hermosa y sensible alegoría que consigue al discursar sobre una familia-país y, en lo hondo de su paisaje, la encrucijada personal de un sujeto lírico de muy noble, delicada y honesta personalidad.
“Su discurso, tejido con sutileza y elegancia, imprime un sabor de cierta tristeza solemne que, con respecto a la realidad y destino de un pueblo como el cubano (o de algún otro incluso), ha permeado el tono y la médula palpitante de no pocos cuadernos enviados al presente certamen”.
Y aunque Yasmani es un narrador por excelencia, graduado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso, la poesía se le da de una manera sui géneris y con un nivel de sinceridad a tono con la persona honesta y discursiva que es.
Los 17 poemas que conforman este cuaderno, tocan asuntos muy sensibles para el ser humano, como el amor, la traición, el concepto de Patria y hasta la conjugación del odio-deseo en una misma entidad.
Sus poemas son como conversaciones en la penumbra, pero no en susurros, sino, todo lo contrario, lanzados al aire como si se pateara al aire.
Con ellos se desnuda el poeta y nos desnuda a todos porque, de alguna forma, sus verdades son las nuestras. Como mismo son de todos, sus angustias y dolores íntimos.
Ya desde el primer poema, Yasmani nos da el tono inquisidor y casi dictatorial que pervivirá en el resto de los textos. Y a uno como que no le queda más remedio que seguirle el juego al sujeto lírico, o desistir de esta lectura que nunca dejará de ser visceral, pecaminosa en la honestidad más directa, y exagerada en humanismo.
1
Huye.
No te amarres cinta en los cabellos
Escapa
Suelta el arzón
Grita
Di que no te agradan los quinquenios
ni las pinturas monocromáticas
que el tiempo es tuyo
Deserta
De los tronos
de los bosques estériles
del conocimiento ruin
De la cruz y los clavos
Corre.
No dejes que te quiebren las sombras.
Y también de esa forma tan altiva, cierra el cuaderno con uno de los poemas más importantes y mejor construidos dentro de esta poética descomunal.
Hace gala de una profundidad filosófica, literaria, que va más allá del propio sujeto y del mismo poeta.
17
Quiero irme del país que tengo dentro;
el de afuera es solo tierra.
Quiero irme.
Transmutar
ser ave de rapiña
reflejo
vigilia.
Quiero irme del receptáculo
quebrar el barro,
y respirar el fuego.
Ver el país con ojos de lagarto,
para poder soportar el calor de los tiempos.
Quiero irme del país que tengo dentro.
Como se van los hijos,
en silencio,
y gritar sobre la fruta que huele
hacia todas partes.
Decir que he dejado una tierra
que he sido capaz de traicionarme
desmontar el discurso
estirar el brazo
blandir el vértigo
esquivar la poda.
De luchar contra mis sombras
Quiero irme del país que tengo dentro.
Lo reafirmo
como el padre y la abuela.
Pero no puedo.
Porque soy bandera,
y las banderas no se sueltan
de sus astas.
Emplea tantos recursos poéticos de los que solo valdría la pena mencionar, en especial, la metáfora, para representar un elemento o aspecto de la realidad con otro de significado diferente, pero con una relación de semejanza. Por ejemplo, en “quiero irme del país que tengo dentro”, donde el país interior se compara con un lugar geográfico.
El contraste crea una relación de oposición entre dos fragmentos o versos. Aquí, se establece una antítesis entre “el país que tengo dentro” y “el de afuera”, resaltando la diferencia entre ambos.
El epíteto es un adjetivo innecesario que describe una cualidad evidente o inherente al sujeto. En este poema, “soportar el calor de los tiempos” se echa mano a un epíteto para enfatizar la dificultad.
Con el símil o la comparación, se coloca en relación un elemento real y otro imaginario. Por ejemplo, “ver el país con ojos de lagarto” crea una imagen vívida y sensorial.
El poema apela a los sentidos. Por ejemplo, “respirar el fuego” y “gritar sobre la fruta que huele”, así se evocan sensaciones y emociones.
Se nombra una cosa utilizando el nombre de otra relacionada, “como el padre y la abuela” representa la idea de herencia y tradición.
Y mucho más en este libro que llegará impreso, en algún momento, a esta ciudad conocida por sus poetas y portales.
El 2023 fue un año agraciado para este joven escritor, presidente de la filial de literatura de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba en Ciego de Ávila, y artista visual miembro de la Asociación Hermanos Saíz. Más de tres premios en certámenes literarios nacionales lo pusieron en el lugar que merece en la literatura avileña.
Tomado de Invasor