Osvaldo Vázquez de los Tigres avileños festeja junto a su equipo, en partido frente a los Cocodrilos de Matanzas en subserie de la etapa clasificatoria de la 63 Serie Nacional de Béibol que se juega en el estadio José Ramón Cepero de Ciego de Ávila, Cuba, el 24 de marzo de 2024. ACN FOTO/Osvaldo GUTIÉRREZ GÓMEZ

Al cabo de 75 partidos, un pase de revista a la labor de los peloteros de Ciego de Ávila revela más de una satisfacción y las debilidades que será preciso erradicar

Lo que para algunos era una quimera se convirtió el pasado miércoles en una realidad tangible: el equipo de Ciego de Ávila ganó el derecho de asistir a los play off de la 63 Serie Nacional de Béisbol .

Mucho han dado que hablar estos Tigres que por primera vez dirige el olímpico Dany Miranda, sobre todo por aquella arrancada de 15 victorias y solo dos derrotas con que iniciaron la lid.

Ya se ha dicho, casi hasta el cansancio, que el conjunto posee lagunas en casi todas las facetas de juego, pero los especialistas chocaron con sorpresas, entre ellas, que el departamento de pitcheo, el más débil en los análisis de precompetencia, resultó el protagonista de la hombrada de colarse entre los ocho primeros del campeonato.

Téngase en cuenta que el cuerpo de lanzadores aparece cuarto en cuanto a Promedio de Carreras Limpias con 4,79 y que no prevaleció el mal de otras temporadas, el descontrol, al punto que ahora se ubicó como uno de los cuatro que regalaron menos de cuatro boletos por juego (3,78).

El veterano Dachel Duquesne, con nueve éxitos, y el novato Ediel Ponce con ocho, fueron las grandes figuras del box de los tricampeones cubanos, en tanto Kevin Soto aportó seis y Luis Alberto Marrero cinco.

Es verdad que la ofensiva no fue impresionante pues solo quedó, en cuanto a promedio, por encima de cinco equipos, pero debe reconocerse que bateadores como Héctor Labrada (366), Fernando de La Paz (335), Ronaldo Castillo (332), Rubén Valdés (327) y Liosvany Pérez (305), contribuyeron mucho a la causa en diferentes segmentos de la temporada.

Las palmas para Valdés, quien logró traer para el home a 60 compañeros, y tuvo que asumir la tarea de impulsador ante la ausencia durante casi la mitad del calendario del cuarto bate Osvaldo Vázquez.

En el caso del chambero, por necesidad del conjunto, tuvo que desempeñarse en todas las posiciones del cuadro y terminó como torpedero regular. Como se dice en el argot deportivo, “se echó el equipo encima”.

Esta vez —a contracorriente de su historia—, Ciego de Ávila afrontó grandes dificultades con su defensa, al extremo que promedió 965, solo mejor que otras cuatro escuadras.

La salida de la formación regular de Raúl González por cumplir contrato en la Liga Canadiense inter Condados, y la enfermedad del torpedero Michel Arteaga mucho incidieron en las pifias. Hubo que hacer improvisaciones para paliar los problemas.

Sí queda claro que, para venideras campañas, este frente de juego deberá recibir una atención especial por parte del colectivo de entrenadores.

DECLARACIONES DE DANY MIRANDA

Una vez finalizado el juego que dio a los Tigres el boleto, este reportero conversó brevemente con el mentor avileño. La primera pregunta fue si estaba contento con los resultados de su debut como mánager. Su respuesta me evitó hacerle otra interrogante sobre los play off: “Pero si el campeonato no ha concluido…”

 

Tal precisión es como despejar dudas acerca de que los Tigres irán a cuartos de final sin pretensiones de ganar, pues desde luego que la casi totalidad de los comentaristas deportivos cubanos no les otorgan posibilidades, pero lo harán sin importar el rival.

Acerca de actuaciones individuales que hicieron el avance a la siguiente ronda, Dany hizo énfasis en que el espíritu colectivo de su tropa fue tal vez la mejor arma, pero no ocultó, por ejemplo, que el máscara Fernando de La Paz fue un elemento muy importante.

También elogió a Ronaldo Castillo, quien se ganó el puesto en la primera oportunidad que le dieron y al jardinero central Liosvany Pérez, de mucha ayuda tanto con el madero como en la defensa.

De Rubén Valdés hizo un aparte. A su juicio, fue el alma del equipo porque se entregó a la causa durante toda la lid.

Asimismo, mencionó a Dachel Duquesne y Ediel Ponce, de este último dijo que ya puede considerarse un tirador para respetar en la pelota cubana, y agregó que es plausible la labor de Luis Alberto Marrero, por la disposición que siempre tuvo de salir a trabajar, incluso indispuesto.

Antes del punto final de estas líneas, una anécdota. Unos días antes de darse a conocer quién sería el manager de los Tigres, le dije a Dany que era de osados asumir la tarea de dirigir a este equipo por la manifiesta debilidad que tendría en comparación con las novenas locales de los primeros años de este siglo. Aquí les dejo su respuesta de entonces:

“Todo sería más fácil si uno rechazara las encomiendas difíciles. Yo ahora diría, denme un grupo de peloteros parecido a aquel en el que yo fui jugador para traer otro título. Si en definitiva se opta por confiarme los Tigres a mí, pues este será el que me toca y con este tendré que luchar. Pero te digo algo: yo no estoy de acuerdo contigo de que el posible equipo sea tan malo. Ojalá pueda demostrártelo”.

Tomado de Invasor

 

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