Ya se conoce que es recomendable premiar los resultados y no solo los esfuerzos, pero si tuviera que evaluar a los Tigres en su enfrentamiento de cinco partidos ante los Leñadores de Las Tunas, les daría un Bien con asterisco.
Es verdad que encajaron tres fracasos y merecieron dos victorias, pero no hay que olvidar que ese rival es el actual campeón y que no pocos especialistas, antes de tirarse la primera pelota en esta 63 Serie Nacional, les colocaron el cartel de uno de los tres favoritos.
Poseen los tuneros una tanda ofensiva (315) que puede equipararse a la de los granmenses (336), y su actual pitcheo no es de los pobres del campeonato, pues ahora mismo lo hace para 5,10 carreras limpias por juego, en una lid en que la media es de 5,36.
Además, en este enfrentamiento quedó la sensación de que Los Tigres tenían para imponerse; en ese último juego, que decidía cuál de los dos conjuntos se llevaba la victoria en la subserie particular, llegaron a tener ventaja de seis carreras en los inicios, que luego su pitcheo no pudo mantener.
De estos cinco últimos choques, me quedo con los buenos trabajos monticulares de Dachel Duquesne y el jovencito Ediel Ponce, con la ofensiva de Ronaldo Castillo que, a “palo limpio”, se ha quedado en la alineación regular y con la imagen que dejó en el campo corto Rubén Valdés, quien ha tenido que jugar todas las posiciones del cuadro y ha sido de mucha ayuda al equipo.
El chambero, que tuvo un inicio pésimo con el madero, ha levantado su ofensiva desde la gira por el occidente y ya anda por 347 de average, con cinco jonrones —líder dentro del equipo—y nada menos que 31 impulsadas, solo superado por las 35 de Héctor Labrada.
Con balance de 20 éxitos y 12 fracasos, los avileños jugarán a partir de este martes ante Santiago de Cuba en el Guillermón Moncada. Sus oponentes cierran la primera división en la tabla y cuentan con un pitcheo que trabaja para casi seis carreras por desafío.
A los tres veces campeones nacionales le restan 43 juegos en el calendario y con solo obtener 20 éxitos estarían con el boleto en los bolsillos para la postemporada. La tarea, al menos en las posibilidades numéricas, no parece difícil. ¿Lo piensa así usted, amigo lector?
Tomado de Invasor