Ya es una cara conocida para el pueblo avileño desde que sale en el noticiero de la Televisión Avileña y lleva las culturales. Antes era solo una voz en off, calmada, que narraba las culturales en imágenes y sonidos.
Es un joven activo, con buenas prácticas en la profesión que ejerce desde hace ya cinco años, cuando se graduó de un Diplomado de reorientación al periodismo que ofreció la Unión de Periodistas de Cuba en el territorio. Proviene de otro sector que, de alguna forma, pudiera ser afín.
“Me gradué en Comunicación Social en el 2011. Venía del sector de la Educación porque soy maestro emergente, del tercer curso de maestros emergentes en Baraguá”.
Inquieto en su andar, Yasel consigue entablar el diálogo con sus entrevistados de manera certera y con cierto nivel de empatía, con mucha seriedad, ya que le gusta que las cosas se hagan bien. Sin embargo, muy pocas veces ha sido el entrevistado, “siempre tuve aquello de comunicar y establecer diálogos con personas de pueblo y transmitir un mensaje de bien común”.
Antes de dedicarse por entero al periodismo, probó suerte en otros oficios, incluso “en el Banco de Crédito y Comercio del municipio de Baraguá. Ahí estuve cerca de un año en la parte de Banca Personal. Tuve que atender a todo tipo de personas porque era quien llevaba la viabilización de los créditos financieros. Pero siempre andaba escuchando la radio, informándome del mundo, de mi propia realidad”.
Sin sospecharlo, se estaba preparando para el oficio de dar la información veraz, creíble, verificable y de interés público.
Siempre contestatario, con ímpetu y garras para aferrarse a la culminación de sus sueños, Yasel no se detuvo en su afán de profesionalizarse y consigue, una vezgraduado del diplomado en el 2018, trabajar en TV Morón, que era donde único quedaban plazas vacantes. Allí atendió el sector de la Cultura, y fue su primera escuela.
“Cultura es un sector que trabaja por la mañana, tarde, y noche. Siempre hay algo que cubrir. Me acuerdo de las palabras de un amigo que me dijo, ‘arriésgate, el que no arriesga no gana; arriésgate, a lo mejor te va bien’”.
Tiene como propósito seguir la superación personal, y para ello no descansa en el estudio, en preguntar cuando tiene dudas, incluso, en su mismo terreno.
“No pierdo la oportunidad de ver el noticiero estelar avileño para tener algún referente de un buen trabajo periodístico. Leo bastante este periódico y otros. Aunque son códigos diferentes, la lectura también nutre mucho, te da bastante conocimiento y aristas diferentes para abordar una noticia”.
Este periodista también ha sufrido sus vejaciones, aunque en menor medida, al no ser un egresado de academia. Todavía en el sector hay algunos de mirada conservadora.
“Venir de un diplomado no es igual que venir de una academia. Pero aprendí que hay que superar todos los obstáculos y levantarse siempre después de la caída. Por otro lado, el diplomado te da algunas herramientas, pero tú tienes que buscar más elementos enriquecedores en libros, por Internet, que está muy de moda y que te facilita mucho las cosas. Pero, sobre todo, hay que tener muchos deseos de superación para seguir adelante.
“Al final, es el nombre tuyo el que sale en un trabajo periodístico; es uno quién pone la cara y transmite lo que otros quisieran decir y más, escuchar. Por eso equivocarse no puede ser una opción ni una casualidad. Para evitar ese tipo de cosas es que trato siempre de preguntar mucho, de contrastar las fuentes y no quedarme solo con la primera respuesta. Además, el espectador en casa merece todo el respeto posible y que tu obra tenga la calidad necesaria porque de ellos también depende su verosimilitud”.
Autocrítico hasta el límite, sabe que al no provenir de cursos de locución, cualquiera pudiera tomar su osadía como parte del intrusismo profesional tan señalado y repudiado por tantos profesionales.
“Cuando se me propone hacer la locución del segmento Cultura busqué ayuda de los locutores profesionales de la emisora provincial Radio Surco. Todos a los que recurrí supieron darme consejos muy prácticos y que me sirvieron tanto como si hubiera asistido a un diplomado. Sé mis limitaciones, pero confío en mi capacidad de autosuperación, en mis deseos de investigar y aprender algo todo los días. Hacer locución es bien complejo. Hay muchas cosas tuyas que son las que transmiten la noticia o la idea de esa información casi sin pensarlo. Y tiene que existir una coherencia entre lo que se dice y lo que la cara puede transmitir. Por suerte tengo los mejores asesores, hombres y mujeres ante las cámaras y micrófonos que me enseñan todo lo que saben y sus consejos ya son imprescindibles”.
Como periodista, el género que más le apasiona es el reportaje. “Eso de investigar, hacer preguntas y confrontar fuentes. Ir a hallar respuestas en un estudio de campo bien planificado y prever las futuras sorpresas del trabajo, es genial. Asimismo, el trabajo en equipo me encanta, porque uno se siente apoyado, y las deficiencias personales se pueden ocultar mejor porque ahí estaría el especialista para decir cómo y hasta dónde se puede hacer algo”.
Con esa pasión por el reportaje y, además, los documentales, realizó un audiovisual con el proyecto socio-cultural Yambambó.
“Fue una experiencia inolvidable. Aprendí mucho de esa cultura y viví momentos de mucha intensidad con sus comidas, artesanía, con el lenguaje que emplean y su manera de ver la vida; sobre todo, con la lección de vida que me dio la agrupación Yanm Zetwal, que son maravillosas, como bailarinas y como músicos. Ejemplo vivo de que seguir adelante los propios sueños, por encima de todos los obstáculos, es señal de persistencia y resiliencia cultural”.
Aunque no le gusta hablar de sus méritos, Yasel es consciente de que obtener premios es importante para mantener viva la llama motivacional y, por encima de todo, mantener a raya el protagonismo del ego; y hacer el reconocimiento público del trabajo en equipo, porque la televisión es un arte que reúne varias manifestaciones artísticas y necesita de todos.
“El premio Eddy Martin por la Obra del Año me llegó de sorpresa. No lo esperaba. Hay otros que han trabajado en esta televisión con igual tesón y calidad. Pero lo agradezco. Como mismo invito a los jóvenes que se inclinan por el periodismo a que si quieren hacer una vida en el oficio, lo primero que deberían tener en cuenta es no tener miedo. Si les gusta el periodismo que lo estudien, se preparen hasta más allá del límite, porque es una carrera muy sacrificada, pero especial, y agradecida cuando se hacen las cosas bien”.
Tomado de Invasor