Las cortinas de la Sala Abdala en Ciego de Ávila volvieron abrirse con la misma ilusión de su última puesta en escena, esta vez la familia avileña disfrutó del estreno de la obra Bebé, basada en el cuento clásico Bebé y el Señor Don Pomposo de la Edad de Oro, bajo la dirección general de Rafael González.
El elenco actoral de la compañía Guiñol Polichinela irradió con luz propia una obra que, si bien la versión original es conocida, esta logra acaparar las miradas de los espectadores, al entretejer una historia que muestra los valores más genuinos de Bebé, a pesar de su corta edad por los más necesitados y el cariño que siente por su primo Raúl.
La música incorporada en cada momento de la trama y un diseño de vestuario colorido y atrayente, sugirieron matices interesantes que le dieron vitalidad, alma y corazón a la obra. Detalles acertados en la que se conjugó para bien las luces en el escenario y efectos de sonidos muy propios de lugares por donde transitaron los personajes, hasta llegar a Paris, donde se desarrolla gran parte de la historia.
No pudo ser de otra manera que comenzara la fiesta del arte titiritero en la ciudad de los portales, la cual se extiende hasta el sábado, cuando el bulevar avileño acogerá la noche más larga del títere, espacio de alegría y disfrute para los que aman esas marionetas convertidas en personajes.
La Jornada Nacional Títeres al Centro busca sensibilizar el alma humana mediante el trabajo de las marionetas, con el acompañamiento de compañías de otras provincias como el Mejunje teatral de Santa Clara y el teatro Guiñol de Remedios, quienes festejan con los pequeños de casa el arte titiritero

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