El 10 de octubre de 1868, en La Demajagua, el abogado y patriota Carlos Manuel de Céspedes liberó a sus esclavos y los proclamó libres, invitándoles a unirse a la lucha por la independencia de Cuba.
Ese día, se alzó en armas contra el gobierno colonial español y leyó el Manifiesto del 10 de Octubre, documento que justificaba el levantamiento y anunciaba los ideales de libertad, igualdad y soberanía para todos los cubanos.
Este acto marcó el inicio de las Guerras de Independencia de Cuba, específicamente la que se conoce como Guerra de los Diez Años (1868-1878).
Aunque esta primera guerra no logró la independencia total, sentó las bases ideológicas y organizativas para la lucha posterior, que culminaría con la intervención estadounidense y la independencia formal en 1902.
La fecha del 10 de octubre quedó grabada en la memoria nacional como el primer día de la lucha armada por la libertad de Cuba, símbolo de rebeldía anticolonial y de la aspiración de justicia social.
El 10 de octubre de 1868 es, por tanto, una fecha fundacional en la historia.
Es, en esencia, el día en que Cuba decidió nacer como patria libre, aunque la libertad total tardó décadas en llegar.