Pese a un resultado global de 1-4 en su primera serie contra Matanzas en la recién iniciada Serie Nacional de Béisbol la actuación de los Tigres de Ciego de Ávila está lejos de ser motivo de alarma o desesperación.
Al contrario, hay más señales alentadoras que negativas.
Como bien señale desde el comienzo este es un equipo joven en un año de formación, y lo que se vio en el terreno fue la prueba: un conjunto que luchó con carácter y estuvo a la altura de uno de los equipos más potentes y hechos de la liga en tres de los cinco juegos pero que aún les falta liderazgo y peloteros que desafinan en situaciones claves de juego.
En ocasiones el resultado global del enfrentamiento no refleja mucho lo que ocurre en el terreno de juego.
Un pitcheo joven que dio la cara: La principal sorpresa fue el trabajo del montículo.
Liderados por dos muy buenas aperturas de Liomil González y un buen relevo de Yunier Batista y Yankiel Tamayo el cuerpo de lanzadores contuvo a la poderosa ofensiva de Matanzas en encuentros muy ajustados (4-3, 4-1 en 10 entradas), 5-4 en la victoria, un juego malo (6-0) y otro muy complicado (12-1) empañan la estadística general, pero no opacan el hecho de que el pitcheo trabajo bien en tres de los cinco desafíos.
Lo más difícil en la pelota es batear y se mostró en esta serie. Ciego anotó apenas dos carreras en los tres últimos juegos , así es muy difícil porque obliga al Picheo a lanzar para cero.
En el último desafío que se fue a regla Ibaff este Domingo tuvo varias oportunidades de anotar y no logró conseguirlo.
No ostante la Ofensiva con destellos de calidad: A la batalla, nombres como Jonathan Bridón, Fernando de la Paz, Alfredo Ramos y Osmani Linares demostraron que pueden conectar y generar carreras contra un pitcheo rival .
El hecho de que el único juego que ganaron fuera 5-4 y de que perdieran otros dos por una y tres carrera indican que fueron resultados cerrados frente a un equipo más hecho y bateador como Matanzas.
La directiva y el manager Danny Miranda tienen claro el proyecto: este es un año de crecimiento. Ahora toca ir al estadio José Antonio Huelga, a enfrentar a Sancti Spíritus con la moral en alto.
La afición avileña, conocedora y apasionada, no debe desesperar. Esto es parte del proceso. Hay que apoyar a este equipo joven, que demostró en Matanzas que tiene corazón y lo más importante, una actitud de lucha que promete dar más de una alegría en el transcurso de la serie sin crear falsas expectativas sobre la actuación del equipo.