7 de Octubre de 1967, Bolivia. La selva húmeda de la Quebrada del Yuro envuelve a un hombre exhausto. Lleva meses luchando contra el hambre, el asma y la desesperanza.
Es el Che, el guerrillero que soñó con incendiar América Latina para liberarla.
8 de octubre. Un campesino informa al Ejército boliviano sobre el paradero del grupo guerrillero. Rápidamente, cientos de soldados —entrenados por asesores de la CIA— rodean la zona. En el combate, una bala hiere la pierna del Che y su fusil queda inutilizado. Capturado y esposado, lo llevan a una escuelita rural en La Higuera.
Noche del 8 al 9 de octubre. En la humilde aula, el Che mantiene la dignidad. Intercambia palabras con sus captores. Mientras, en La Paz, el gobierno del general Barrientos —presionado por Washington— decide su destino: debe morir. No puede convertirse en un símbolo vivo.
9 de octubre, tarde. Llega la orden de ejecución. El sargento Mario Terán, nervioso, entra en la habitación. El Che, de pie y herido, le dice con firmeza: «Póngase sereno. Va a matar a un hombre». Dos disparos resonaron en el silencio de la escuelita.
Después de la muerte. Su cuerpo es exhibido en el lavadero del hospital de Vallegrande, donde adquiere una apariencia casi cristiana: pelo largo, barba, ojos semiabiertos.
ALos campesinos lo llaman «el Cristo de Vallegrande». Así nace el mito. Su cadáver desaparece durante 30 años, hasta que en 1997 es hallado y trasladado a Cuba, donde hoy descansa en el mausoleo de Santa Clara
La muerte del Che no apagó su leyenda. Lo que en vida fue un revolucionario disciplinado y radical, en la muerte se convirtió en un icono universal de rebeldía. Su imagen, capturada en la famosa fotografía de Korda, recorrió el mundo entero, inspirando a jóvenes, artistas y movimientos sociales.
Su figura, sin embargo, no está exenta de polémica: para algunos, es un ejemplo de lucha contra la injusticia; para otros, un símbolo de métodos cuestionables. Pero su historia sigue viva, recordándonos que los ideales —se compartan o no— pueden trascender incluso a la muerte.