El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, resaltó la importancia de luchar por la paz en la región como mecanismo no sólo para enfrentar la violencia, sino otros males que hoy afectan a los pueblos.
Durante una ceremonia de entrega de cartas credenciales de nuevos embajadores, celebrada anoche, el jefe de Estado aseguró que todos los países latinoamericanos y caribeños están comprometidos con la paz.
En ese sentido, recordó que esa iniciativa se suscribió en La Habana en 2014 durante la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) cuando se declaró a la región como una zona de paz.
“Estoy seguro que vamos a cumplir con ese principio que suscribimos en la reunión de la Celac”, expresó el mandatario desde el centro de convenciones Olof Palme de esta capital.
El líder sandinista se refirió a México y cómo ese país es víctima del crimen organizado y el narcotráfico, cuyo gran mercado está en Estados Unidos.
“Si no hubiese ese mercado sencillamente no tendrían razón de ser ni de organizarse los narcotraficantes, porque el gran mercado está en el Norte, en Estados Unidos, Canadá, Europa, donde pagan muy bien por la droga”, señaló.
Ortega aludió a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado como un reto de los países del área y llamó a ser exigentes con las naciones desarrolladas, pues cuentan con suficientes recursos y capacidades para controlar el tráfico de drogas.
Ante los nuevos diplomáticos que representan a Cuba, Bolivia, México, Brasil, Irán, España, Italia y China, entre otros países, el presidente nicaragüense se refirió a la necesidad de la unión para eliminar los males existentes.
“La solución la tenemos nosotros y no podemos estar esperando que vengan los gobiernos de los países que son los grandes consumidores de la droga a resolvernos el problema, somos nosotros los que tenemos la solución, con firmeza, unidad, y respeto”, enfatizó.
El acto se celebró en ocasión de conmemorarse el aniversario 107 de la muerte del Héroe Nacional Rubén Darío, momento en el que el gobernante enalteció la figura del poeta como diplomático y escritor defensor de la paz.
Al respecto, consideró al príncipe de las letras castellanas y padre del modernismo hispánico, como un ser extraordinario de origen humilde, cuyos escritos siguen vigentes.