Ciego de Avila; Invasor

Cuando uno entra al complejo cultural Café Barquito, de la Casa del Joven Creador en Ciego de Ávila, enseguida la puede localizar sentada ante alguna mesa, o en cualquier otra parte, observándolo todo y con cara de quien disfruta mucho el espacio que ahora administra como un remanso de felicidad.

En las actividades propias de la casa, es una más entre los que disfrutan del espectáculo, limpia, o atiende a los clientes, hace los barquitos de cartulinas a color que adornan algunos platillos y la barra.

Administrar un lugar que tiene su fama bien ganada, desde que abriera al público como Café Barquito en el 2017, es un reto que ha podido ir disfrutando en estos dos meses ya de entrega total.

“Siempre tuve mis recelos con este lugar, porque se decía muchas cosas de él para bien y para mal. Al conocer que estaba de alguna manera cerrado, quisimos hacer la prueba y lo logramos.

“Lo hablamos en familia, con mi esposo Israel, quien me acompaña en todos estos emprendimientos laborales que son parte de la razón de nuestras vidas.

“En 15 días hicimos todos los arreglos pertinentes en el local. Se remodelaron cosas. Y ya para el 14 de septiembre abrimos con otra visualidad y muchos deseos de hacer”.

Amante de lo bien hecho, disciplinada y con un nivel de entrega en lo que emprende, Odalys busca que cada producto que se comercialice en el Café tenga la calidad necesaria y sea del agrado de quien lo consuma. Está consciente de que el Barquito es un lugar idóneo para la cultura y el buen arte, y sabe del impacto que ahora mismo sigue generando en el gremio juvenil.

“Me complace ver a la gente llegar y sentirse complacida con nuestros productos, la música incidental, la iluminación, el diseño; con los artistas que se presentan aquí por las noches y algunas tardes. Es un verdadero privilegio poder estar en el centro de todo eso y ayudar a que las cosas funcionen. Pero, a veces me incomoda que algunos artistas no reconozcan la importancia de este lugar como espacio de promoción y arte, y desistan de actuar en él solo porque la cantidad de público no es lo esperado”.

Y entre sus manos también pasan las redes sociales de Internet como en Facebook e Instagram, pues para ello tiene el estudio académico en un curso internacional de Marketing y Publicidad, en La Habana. Sabe lo importante de la divulgación de su trabajo y el de la misma Asociación Hermanos Saíz (AHS), a la cual sigue y reconoce por su buen desempeño a la hora de crear jornadas artísticas como Todo X el Arte, conciertos, tertulias y espacios de reflexión como A rajatabla, Calibaneando, A viva voz, Cine Express, y todo cuanto acontezca dentro de la programación de la Casa.

Odalys tiene dotes artísticas desde que, siendo una adolescente, estudiara algo de piano, “…lo básico, no lo terminé porque no me gustaba mucho”, y luego las manualidades fueron acercándose a su vida y llenándolo todo de papeles recortados, cintas, globos, gomas y regalos. Ahora, también, barquitos de papel.

Disfruta de la compañía de su familia, de estar con sus hijos y de hacer cosas juntos. Pero, por encima de todo, le gusta trabajar y sentir que no existen los imposibles.

—¿Crees en la suerte?

—Mucho. Mientras más trabajamos, más suerte tenemos.

—Aquí el personal ha fluctuado mucho en estos dos meses, ¿a qué se debe?

—Somos muy exigentes. Con todo. Con el trato al cliente, la calidad del producto, con la rapidez, el respeto, las propinas, con todo. Hay muchos que no aceptan eso, y otros que deciden probar suerte en otros lares.

—¿Cómo es el día a día de Odalys?

—Mucho trabajo. Nos levantamos temprano. Dejamos a los niños en la escuela y el círculo, y nos enfocamos en lo que sigue, el trabajo. Siempre hay mucho que hacer. Por suerte, en la casa, con el apoyo de la familia, sobre todo de mi mamá, lo tenemos asegurado. Disfruto mucho, también, estar con mi familia, en el balcón de la casa y conversar con mi esposo de las cosas del día.

—Los deportistas tienen rutinas para no alejar la buena suerte, igual algunos actores, músicos, escritores, ¿tienes la tuya para afianzar aún más la buena estrella?

—No sé con exactitud qué decir, pero una rutina familiar es el momento de dormir a los niños todos los días a la misma hora con cuentos y fantasías, un momento solo de los cuatro.

—¿Un mensaje para los jóvenes emprendedores avileños o para los artistas?

—Cuando se quiere, se puede. Aunque te pongan obstáculos, aunque todo parezca difícil. Siempre se puede. Hay que perseverar. No dejar que los sueños mueran.

—¿Música favorita?

—No tengo un género preferido, la verdad es que escucho todo tipo de música.

—¿El principal miedo de Odalys?

—Te reirás o asustarás, pero no tengo miedo a nada. Salgo cada día de la casa a trabajar y enfocada en lo que quiero, y siempre agradecida por lo que he logrado.

—¿Tu mayor alegría?

—La familia.

—¿No te sentirías extraña si alguien te reconociera como Odalys, la del Barquito?

—No, para nada, es un placer.

—Una pregunta que quizás se impone, ¿te gusta el café?

—Sí, soy muy amante del café desde que me gradué.

 

Tomado de Invasor

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