Cuando en enero la Dirección Provincial de Economía y Planificación emitió su informe de cierre de año, el capítulo de las pérdidas del sector agropecuario tuvo, apenas, esta única línea de elogio: “la Pecuaria Ruta Invasora muestra una discreta tendencia al decrecimiento”.

Entonces, terminar perdiendo más de cuatro millones de pesos, significaba el menor de los males posibles; sobre todo, si tenemos en cuenta que ya en mayo su director adjunto, Jorge Luis Pérez Delgado, admitía a Invasor pérdidas acumuladas de dos millones 520 473.

Todo indica que, si bien en los restantes siete meses se desaceleró el ritmo de inconvenientes, el pronóstico emitido por su director adjunto de “recuperarnos en los próximos meses hasta cerrar bien el año”, no fue posible.

Ahora, otro documento, de febrero de 2023, viene a confirmarlo, no solo en el acápite de las pérdidas ─asociadas, fundamentalmente, al incumplimiento de las ventas, el exceso de los costos, las muertes y los faltantes de animales─, sino en el de otros indicadores, también deteriorados.

El informe de balance de la empresa agropecuaria Ruta Invasora refleja cómo se incumplieron las ventas netas, a pesar de haberse sobrecumplido la venta de bienes con destino a la exportación, y cómo gastaron más de lo que ingresaron, aun cuando lo planificado dejaba un estrechísimo margen a las utilidades que ─obvio─ tampoco tuvieron.

Los números muestran que la entrega de leche llegó a 2 649 689 litros, un 84 por ciento de lo planificado, debiéndosele al plan medio millón de litros, saldo donde tuvieron un peso negativo tres unidades, en particular, la Cooperativa de Créditos y Servicios Raymundo Martínez, que hace una década fuera la mayor productora de la provincia, con 2 millones de litros.

Llama la atención, sin embargo, el rosario de causales que cita el informe: la mala contratación, la falta de chequeo, el mal manejo, la alimentación, la baja reproducción, la rutina de ordeño, la escasez de insumos, la muerte de 2053 vacunos (hembras, alrededor de la mitad).

Aunque de esa cifra, por desnutrición se contabilizaron “apenas” 380 cabezas, resulta alarmante que la empresa haya recibido solo el 3 por ciento de los antibióticos y antiparasitarios que demandó. ¿Cuántas de esas muertes serían realmente inevitables? es una pregunta que no reza en el informe ni contiene los decesos, pero que más allá de la conjetura, describe una cruda realidad con la que, además, tuvo que lidiar Ruta.

Con la carne les fue mejor, al quedarse por debajo solo por un poquito (al 98 por ciento), mientras que el convenio de producción cooperada, que incluyó a 11 de sus 23 unidades, se confirmó como un hecho positivo al representar el 16 por ciento de los ingresos de la entidad.

Pese a los saldos negativos, según el informe al que Invasor tuvo acceso, se proponen planes superiores este 2023, por lo que futuras entrevistas deberán detallar sobre qué bases se plantea el crecimiento, cuando la realidad, en recursos y condiciones, luce similar (o peor).

No obstante, el hecho de que enero haya cerrado con todos sus indicadores económicos favorables y que la perspectiva de la entidad incluya un proyecto de desarrollo local, lo cual deberá redundar en mayores ingresos, y se apueste por actividades secundarias en la siembra de granos y viandas, podría significar el enderezo de su ruta financiera, aunque parezca torcida su línea si de más carne y leche hablamos ¿no?

Tales desvíos podrían asegurarle su supervivencia y ese es un camino de costo-beneficio que, ahora mismo, en Ruta Invasora no dudan en tomar.

Katia Siberia (INVASOR)

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