Ciego de Ávila se enfrenta a un fenómeno demográfico que define los desafíos y prioridades del presente: el envejecimiento poblacional.
Con una cifra que habla por sí sola, 85,354 personas pertenecen a la tercera edad, lo que representa el 22.3% de la población provincial. Esta no es solo una estadística; es una realidad humana que demanda un sistema de protección y cuidado.
Frente a este panorama, la respuesta institucional se materializa en una red de 16 Casas de Abuelo distribuidas por el territorio avileño.
Estas instituciones se han convertido en pilares fundamentales para el bienestar de los adultos mayores, ofreciendo un refugio diurno donde la atención va más allá de lo básico.
Dentro de sus muros, se despliega un modelo de cuidado integral que combina la salud física con la estimulación mental y social. Los abuelos reciben:
1. Atención médica especializada: Garantizando el monitoreo constante de su salud y el manejo de enfermedades crónicas.
2. Fisioterapia: Con sesiones diseñadas para mantener y mejorar la movilidad, aliviar dolencias y fortalecer la musculatura.
3. Terapia ocupacional: Fomentando la autonomía a través de actividades que mantienen vivas las habilidades prácticas para la vida diaria.
Pero el cuidado en estas casas no se detiene allí. El programa se complementa con un calendario diverso de actividades grupales e individuales. Talleres de memoria, juegos de destreza mental, música y actividades manuales son herramientas cotidianas que estimulan las funciones neurológicas y motoras, ralentizando el deterioro cognitivo y combatiendo la soledad.
Así, en Ciego de Ávila, cada una de estas 16 casas es más que un edificio; es un espacio donde la vejez se vive con acompañamiento, dignidad y la certeza de que hay una sociedad trabajando para cuidar a quienes ya dieron su aporte.