El paso del huracán Melissa impuso una pausa en la Serie Nacional de Béisbol, pero con su salida del territorio nacional, la normalidad —incluyendo el béisbol— está por regresar.

Para los Tigres de Ciego de Ávila, esta interrupción es solo un alto en el camino de una campaña de crecimiento bajo el mando de Danni Miranda.

Aunque su récord de 13-17 y el duodécimo puesto en la clasificación puedan parecer discretos, las actuaciones de este conjunto joven han estado lejos de ser decepcionantes.

Se trata de un equipo en formación, donde la mayoría de sus integrantes asumen por primera vez roles protagónicos en la élite del béisbol cubano.

Bajo esta premisa, varias figuras han comenzado a despuntar con luz propia. Jonathan Bridón Sarduy lidera la producción con 6 cuadrangulares y 33 carreras impulsadas, seguido de cerca por Alfredo Ramos, quien no solo tiene el mejor promedio (.326) sino también 28 producidas.

Fernando de La Paz aporta con su defensa brillante y bateo oportuno, mientras que la dupla de Jorge Luis y George Luis Contreras ha sido clave: entre ambos han producido 45 carreras y disparado 10 cuadrangulares.

Si hay una estadística que define el carácter de este equipo, es la de carreras producidas, pues refleja el aporte colectivo más allá del promedio de bateo individual.

El ejemplo más claro es Asniel Jiménez: aunque apenas conecta para .227, es el segundo productor del equipo con 29, respaldadas por 5 dobles, 3 triples y 4 jonrones.

Desde el montículo, Yunier Batista se ha erigido como la figura principal con cuatro victorias, mientras que Yankiel Tamayo ha sido clave en el bullpen con cuatro rescates y dos triunfos.

Otros jóvenes como Randy Álvarez, Erisdel Martínez, Javier Griñán y Kendry Machado también han mostrado destellos de calidad, consolidando un colectivo que no se rinde.

Actuaciones prometedoras, como la primera salida de Osvaldo Cárdenas o la de Kevin Soto ante Santiago de Cuba, llenan de optimismo el futuro inmediato.

Los Tigres de Ávila pueden no estar en la cima de la tabla, pero en cada salida al terreno dejan claro una cosa: están aprendiendo a rugir con una garra que promete dar mucho de qué hablar.

 

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