Lo primero es asumir que la selección de refuerzos para una contienda beisbolera no significa solo saber los nombres de los posibles a escoger, sino fortalecer los puntos débiles del equipo en cuestión.
Y entonces… ¿lo hizo bien la dirección de los Tigres para enfrentar los play off de la Tercera Liga Élite? Vamos por parte.
Es Ciego de Ávila el equipo que menos bateó en la etapa clasificatoria y como finalizó en el primer puesto, tuvo el derecho de ser el primero en pedir. ¿Debió pasar por alto al mejor bateador de los últimos años en la pelota cubana? Estoy seguro que ninguno de los restantes tres directores desperdiciarían esa oportunidad.
Es verdad que la escuadra necesita de otro tirador de puntería, sea relevo o abridor, pero después de pedir a Yordanis Samón debía dar paso a los restantes mentores para su opción, y como son pocos los tiradores de nivel, Las Tunas no esperó mucho para pedir al apagafuegos Yanielkis Duardo.
Estoy convencido que el alto mando avileño lo tenía en la mirilla, pero se quedó con las ganas. Y en verdad, los restantes serpentineros, a mi juicio, no iban aportar mucho a la causa.
No hay dudas, la posición que mas dolores de cabeza le ha dado a Ciego de Ávila es la de torpedero. Un dato que me brindó el colega Youry Santana lo resume todo: los jugadores que se desempeñaron allí en estos 40 partidos cometieron 22 de los 49 errores del conjunto. Dany, desde luego, no lo pensó dos veces para seleccionar al pinareño Taylon Sánchez quien no solo puede ayudar a la defensa, sino también en el ataque.
No obstante, aun cuando se haya hecho una buena elección, de lo que se trata es que estos cumplan con las expectativas. Hasta el momento a Dany le ha ido bien en eso de escoger y que luego los atletas le respondan. Ojalá vuelva a repetirse.
Tomado de Invasor