El II Congreso Internacional sobre Infancias y Adolescencias “Creciendo al Futuro”, organizado por el Centro de Estudios Sobre la Juventud, se convirtió este año en un escenario especialmente significativo: Proyecto Corazón llegó al encuentro celebrando 21 años de trabajo ininterrumpido a favor del bienestar emocional, la creatividad y los derechos de niñas, niños y adolescentes.
La presencia de esta iniciativa con dos décadas de trayectoria aportó una perspectiva singular dentro de las discusiones académicas y comunitarias que reunieron a delegados de Cuba y de diez países. Su participación no solo evocó memoria histórica, sino que también abrió un espacio para reflexionar sobre cómo la ternura, la educación afectiva y el arte pueden transformar realidades en contextos desafiantes.
Fundado hace más de dos décadas como un esfuerzo pequeño y profundamente humano, Proyecto Corazón junto a Latin Luli’s Production, se ha consolidado como un movimiento que fomenta entornos seguros, sensibles y expresivos. A lo largo de los años ha desarrollado metodologías participativas que privilegian la escucha activa, la creación artística, el acompañamiento emocional y la construcción colectiva de resiliencia. Su filosofía, centrada en la dignidad y la voz de las infancias, ha inspirado a facilitadores, docentes, familias y comunidades enteras.
La Ciudad de los Portales le agradece no solo los Carnavalito Corazón, sino, también, cada evento que realiza uniendo artistas y creadores, alzando el amor por el terruño, y permitiendo que las voces se unan en un solo canto de luz y esperanza sanadoras.
En el Congreso, el colectivo presentó experiencias, herramientas y aprendizajes que evidencian su evolución en un mundo marcado por transformaciones digitales, tensiones sociales y urgencias climáticas. Los participantes destacaron cómo, con un enfoque profundamente humano, el proyecto Corazón ha logrado adaptarse a nuevos desafíos sin perder la esencia que lo caracteriza: poner el corazón —literal y simbólicamente— en el centro de las prácticas educativas y comunitarias.
Además, los 21 años de trayectoria fueron recibidos con reconocimiento por parte de instituciones, investigadoras y organizaciones internacionales presentes en el evento. Para muchos delegados, la historia del Proyecto Corazón demuestra la importancia de iniciativas sostenidas en el tiempo, capaces de tejer redes de afecto, cultura y protección más allá de las coyunturas.
La celebración en el marco del Congreso no fue solo un homenaje. También fue una invitación a mirar hacia adelante: a reforzar alianzas, impulsar nuevas formas de acompañamiento emocional y seguir construyendo entornos donde las infancias tengan la libertad de aprender, expresarse, jugar y soñar. Porque, como recordaron sus integrantes, 21 años no marcan un cierre, sino un nuevo comienzo en la misión de sembrar humanidad y futuro.
Tomado de Invasor