Yasser Arafat cumpliría hoy, 24 de agosto, 95 años, pero una muerte de dudosas circunstancias terminó con su vida el 11 de noviembre de 2004.

Fue, sin lugar a duda, un ejemplo de combatiente por la creación de un Estado Palestino. Fue el hombre del ramo de olivo en una mano y la paloma de la paz en la otra.

Se destacó en la batalla por la unidad palestina y un consecuente combatiente contra el sionismo y el imperialismo, que para entonces –como lo es hoy– constituyen los elementos de la guerra y la muerte contra una población que, además, está siendo masacrada y desalojada de sus tierras, negándoles el derecho a vivir en ella.

Arafat fue un exponente, ante el mundo y la comunidad internacional, del valor de la amistad y de la solidaridad, y apostó por el diálogo, en busca de la paz con Israel.

Su ejemplar conducta le llevó a que le fuera otorgado el Premio Nobel de la Paz en 1994.

Fue Presidente de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y líder del partido político secular Fatah, que fundó en 1959.

Su impronta política y su liderazgo traspasa fronteras, y se amplió a toda la región de Oriente Medio.

Su muerte, a la edad de 74 años, tuvo lugar en un hospital cercano a París, tras dos semanas cargadas de misterios y sospecha de envenenamiento, que según declaraciones de Tawfiq Tirawi, director del comité palestino que ha investigado su fallecimiento, Israel es el único sospechoso en el caso del asesinato de Yasser.

Ante las evidencias, comenzaron las investigaciones para aclarar las verdaderas causas de su muerte. Su viuda, Suha, entregó algunos de sus objetos personales para los análisis científicos en Suiza: el cepillo de dientes, prendas de vestir, e incluso la mítica kefia que solía cubrir su cabeza. En los resultados se encontraron trazas de polonio 210 (material radioactivo).

A Yasser Arafat se le recuerda como el líder revolucionario en pro de la causa palestina, que no pudo llegar a ver un Estado independiente y en paz.

Lo que sucede en la actualidad, en Gaza y en otras regiones de la Palestina ocupada por Israel, es un genocidio que lleva a cabo el Gobierno sionista, apoyado militar, financiera y políticamente por las administraciones de Estados Unidos, responsables también de que hoy más de 40 000 seres humanos, mayoritariamente niños, hayan muerto por los cohetes y las bombas lanzadas por la aviación y el ejército de Israel.

Tomado de Granma

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