La rehabilitación estructural del Teatro Principal se erige como una de las obras constructivas más relevantes del país de cara a los festejos por el Día de la Rebeldía Nacional.
Este inmueble, casi centenario, permanecía en silencio debido a la magnitud de su restauración, agravada por la crisis global en múltiples órdenes.
Sin embargo, la reparación capital del teatro ha reavivado el ánimo, no solo de la joya arquitectónica de la Ciudad de Los Portales, sino también de su gente. Como bien reza el adagio, “no solo de pan vive el hombre”: la espiritualidad del arte y la cultura marca el pulso de nuestra condición humana.
Liam Díaz Arias, presidente del Consejo Provincial de las Artes Escénicas, destaca la respuesta ciudadana: “Hemos convocado a actores, artistas, vecinos y a todo aquel que añora el teatro en la vida cultural avileña. La solidaridad ha sido extraordinaria”.
Los voluntarios no solo apoyan en limpieza y organización; también preparan alimentos para los obreros y animan las jornadas con pequeñas presentaciones artísticas. “Estos gestos —aparentemente pequeños— son vitales para mantener la energía del equipo”, añade Díaz.
Entre las acciones prioritarias figuran: la electricidad completa del teatro, la rehabilitación del tabloncillo del escenario y el sistema de climatización, la intervención ornamental interior (moldeado, masillado y recuperación de colores originales), así como el exterior, donde se restaurarán los tonos iniciales: beige en los vinilos y gris envejecido en el piso.
Nexys Veliz Naranjo, miembro del buró provincial del Partido Comunista de Cuba, resalta la articulación interinstitucional: “Diariamente a las 4:00 PM, bajo la dirección del Partido y el Gobierno, evaluamos los avances con todas las entidades involucradas”.
Por su parte, Germán Jones Pedroso, director provincial de Cultura, amplía el horizonte: “Aspiramos a que, para el centenario del teatro en 2027, este coliseo esté abierto en todo su esplendor. El 26 de Julio es solo el punto de partida; la meta es celebrar un siglo de historia con un teatro vivo y lleno de pueblo”.
Alejandro Ochoa Rodríguez, director de la Unidad Constructora ECOA de Cayo Coco, detalla los avances: “Asumimos el 90 por ciento de las labores, excepto sonido, luces y decoración escénica. El apoyo dominical de los voluntarios ha sido crucial para optimizar el tiempo”.
Reconoce, además, el simbolismo del proyecto: “Es nuestra primera intervención en un edificio con tanto valor patrimonial. No solo preservamos un monumento, sino que revitalizamos la identidad cultural avileña”.
El Teatro Principal renace entre manos voluntarias, sudor obrero y la certeza de que su rescate es un acto de resistencia cultural. Como bien sintetiza Jones Pedroso: “Esta lucha no es por un edificio, sino por la descolonización y la reafirmación de nuestra identidad”.
Tomado de Invasor