Un juez estadounidense determinó que uno de los acusados por los ataques del 11 de septiembre del 2001 no será sentenciado a pena de muerte.

Bin al-Shibh es considerado cómplice de la muerte de 2.976 personas y señalado por organizar una célula de secuestradores en Hamburgo, Alemania.

El líder de este grupo se apoderó del vuelo número 11 y lo estrelló contra las torres gemelas.

El juez que lleva el caso determinó proseguir con el juicio, pero eximió a Al-Shibh por las torturas sufridas a manos de la CIA. Unos informes científicos demostraron el pasado mes de agosto que el prisionero yemení sufrió todo tipo de vejaciones bajo custodia policial.

Las torturas le provocaron una enfermedad o defecto mental que le dejó incapaz de comprender el proceso judicial en su contra. Sufre, según los diversos médicos y psicólogos que lo trataron, estrés postraumático con características psicóticas secundarias, además de padecer un trastorno delirante.

Los fiscales intentaron cambiar la pena de muerte por cadena perpetua, en unos de los últimos intentos por reconducir la situación. Así, Washington queda en evidencia por el trato infrahumano a los diversos prisioneros bajo su mando, al igual que los excesos policiales estadounidenses.

(Tomado de Líneas Rojas)

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