La casa de abuelos Alas a la Vida, en el poblado baragüense de Gaspar, muestra resultados positivos en la atención y el cuidado de 25 adultos mayores de la comunidad, y resalta por la calidad humana y el compromiso de su colectivo laboral.
Así lo consideran autoridades de la Administración Municipal en Baraguá, al tiempo que destacan el importante aporte social de la entidad, reconocido en las celebraciones por el Primero de Mayo y el 26 de Julio de este año.
De acuerdo con Osnalvis Pérez Matos, trabajadora social de la Casa, este tipo de instituciones inciden claramente en la mejora de la calidad de vida de los ancianos, sobre todo en momentos como los actuales, cuando el país experimenta un considerable envejecimiento poblacional.
“A veces, llegan a las seis y pico de la mañana. Aquí desayunan, almuerzan, cenan, meriendan dos veces al día, y reciben atención médica y distintas ofertas recreativas, acordes con su edad”, explica.
“Pasar el día aquí les ayuda muchísimo, pues pueden interactuar con otras personas mayores, conversar, bailar, jugar dominó. Acá se sienten menos solos”.
De lunes a sábado, los abuelos pueden acceder a una amplia gama de servicios, como atención estomatológica, podológica y de consultas especializadas; además de visitas a instituciones culturales del territorio, compra de productos farmacéuticos, proyección de películas, y actividades con los niños del círculo infantil y con el Joven Club de Computación y Electrónica.
“Como sus chequeras no son muy altas, la Asistencia Social subsidia parte del pago mensual que los abuelos deben abonar a la Casa, así se reduce un poco la situación de vulnerabilidad económica de estos”, añade Osnalvis.
Fundada hace ya ocho años, y con capacidad para 30 abuelos, Alas a la Vida abre sus puertas a ancianos que viven solos, o cuyos familiares trabajan, aunque tampoco se le niega la oportunidad a otros con una situación familiar compleja.
Tomado de Invasor