No basta una palabra para nombrarte, ni un día en el calendario para rendirte homenaje, cuando tú me entregas tu vida con la mejor de las sonrisas, cambias tu sueños por los míos y eres la mejor guardiana de mis pasos.

Madre, que llevas en ti el milagro de la vida, amor constante y eterno, ciclo sin fin de cuidado y devoción.

Guerrera por naturaleza, que no conoce la palabra rendición, mientras haya una boca que alimentar, un llanto que acallar, una herida que sanar.

Tu nombre nos cobija, tu fe nos protege, tu ejemplo nos inspira, tu amor nos alimenta.

Madre, hoy y siempre, Felicidades

Tomado de Invasor

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *