Con sus ocho décadas marcando la vida y una rica experiencia en los ajetreos de la agricultura, Enio Rojas Pérez de Corcho es uno de esos campesinos cargados de sabiduría práctica, maestro de muchos agricultores.

Otros como él, llegan diariamente a la tierra para producir, ahora motivados por ser la provincia sede de las actividades centrales por el Día de la Rebeldía Nacional.

Pionero en el mundo de la agricultura en su Cooperativa de Créditos y Servicio (CSS) Reinaldo Manning, del municipio de Majagua, asevera que el mejor recurso para hacer parir la tierra está en el hombre mismo.

Preferí atarme a las tradiciones campesinas y a cosas que vas aprendiendo y me dije, nada como la naturaleza misma para aportarle a los suelos y las plantaciones cuanto necesitan para producir comida y por ello, desde hace unos treinta años me casé con la agroecología, revela a la Agencia Cubana de Noticias.

La materia orgánica no les ha faltado a mis suelos y por ello gozan de buena salud, dígase cachaza, estiércol de animales y los propios desechos de las cosechas, que los hago compost y el humus de lombriz, una alternativa multiplicada en los productores por el mismo empuje de la CCS, argumenta.

 Relata Enio el uso de barreras vivas, como el orégano, que ayudan a repeler las plagas, pero también aportan condimentos, cada espacio de tierra está sembrado, dice, el laboreo es mínimo y los cultivos no pasan sed, con los propios elementos de la naturaleza y también con plantas, creo un muro natural contra la erosión.

Los tiempos para el agricultor necesitan de todas estas experiencias y en mi caso, la producción es permanente, incluso, par de veces a la semana comercializo con los hoteles de la cayería de la provincia, un buen mercado, pero muy exigente con la calidad, puntualiza.

Desde que uso el humus de lombriz, de manera foliar y en el suelo, y las otras alternativas, el rendimiento de las cosechas es mayor pero también la calidad, desde la textura hasta el sabor, revela este campesino, que aplaude como en su cooperativa se desarrollan acciones para llevar estas prácticas a todas las fincas.

Quien llega hasta mi espacio de producción verá siempre lechuga, acelga, rábano, ajíes, ajo puerro, calabaza, melón, plátano, mangos, habichuela, espinaca, soy puntual con los compromisos con el Turismo, aporto a la comunidad Lázaro López, sustento a la familia y envío de mis cosechas a donde haga falta.

Mientras sus curtidas manos están pegadas a la tierra, atendiendo un semillero, su verbo no se detiene y refiere las bondades de tener una mini industria casi a las puertas de la casa.

Ha sido uno de los logros más importantes de la cooperativa, porque los productores, y ahí me incluyo, tenemos un destino seguro para la producción, no solo el excedente y entonces crece la elaboración de jugos, de mermeladas, de condimentos como el puré de tomate y no se pierde nada de lo que la tierra pare.

“A todo este ajetreo agrícola se le pone empeño, el cuerpo, el trabajo diario, nos satisface que de la surquería salga comida, muy importante en estos momentos, por ello, sumar producción con calidad refuerza el compromiso de los campesinos de la cooperativa a propósito del 26 de julio, pues para ellos, somos nosotros, los hombres del campo, el principal recurso.

Mi cuerpo carga 80 años de vida, pero me sobran las energías para seguir sacándole frutos a la tierra, para aportar alimentos, sobre todo en tiempos duros para la población y solo la salud, mi estado físico dirá cuando parar en el laboreo, porque en eso de enseñar, aquí estaré siempre, dispuesto”.

Tomado de ACN

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