Más de una veintena de obras tanto de miscelánea, tallas y cerámicas, como dibujos y pinturas, fueron reveladas al público, en la galería del Consejo provincial de las Artes Visuales Raúl Martínez. La filial de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas (ACAA) tuvo a bien reunir a varios de sus artistas y otros que aún no pertenecen a esta organización, para agasajar a los padres en su día, ya muy próximo a celebrarse en Cuba.
Es una expo construida desde la belleza del objeto utilitario. Por eso las tallas en madera, cuero y otros materiales, sirven tanto para adornar la casa, como para sentirse identificado con el discurso conceptual que las mismas también ofrecen.
Asimismo, las esculturas de bulto redondo que pueblan la sala —figuras humanas esbeltas, de proporciones estilizadas— revelan una notable influencia de la escultura africana tradicional, reinterpretada con un enfoque contemporáneo. El uso de maderas oscuras y el modelado expresivo de las facciones logran crear una narrativa donde el cuerpo no solo es representación, sino memoria viva.
Las piezas de cerámica revelan una fusión de técnicas tradicionales con propuestas conceptuales modernas. Destaca una escultura de gran formato, de forma orgánica y superficie bruñida, policromada, con una figura humana encapsulada en un pequeño marco en su costado: una representación simbólica del encierro y la resistencia, posiblemente una metáfora del cautiverio histórico y la resiliencia cultural. Obra del binomio Fernando Padrón Sicilia y Herdelina Nurca llamada Jarrón.
A su lado, otro jarrón esmaltado y multicolor decorado con rostros, explora una narrativa más lúdica y onírica. La sinergia que logra Yolanda Llorente, entre lo figurativo y lo ornamental crea una vibración visual atractiva que rompe con la sobriedad del entorno. Y encaja perfectamente con su nombre, Primavera. Aquí, lo afrodescendiente se manifiesta no solo en la iconografía, sino también en la libertad estética con que se juega con el color y la forma.
También está la botella que enclaustra la luz, o el candelabro para portar nuestra esperanza, con técnica mixta, de Hugo Héctor Romero. Atractivos artefactos tradicionales pero, a la vez, tan visuales, anacrónicos en estos tiempos de tecnología, lámparas recargables, bombillos ahorradores. Hechos sobre el metal y el vidrio, junto a la cera que ilumina.
Nadie ha de dudar que una pieza artesanal, cuando tiene su lado artístico —no el simple y también necesario objeto de satisfacer necesidades— nos da un concepto o una teoría. Tanto como el mejor de los amigos que nos brinda su consejo ante las vicisitudes de la vida.
A nadie con una inclinación racista y clasista se le ocurriría tener en su casa una cara tallada en madera como la de Remembranza a Orisha, de Darién Morejón. Ni una de las negras en madera de Edel Antonio González llamada La reina de los mares, hermosa y estilizada como las que representan aquí la cultura afro y todo lo que somos.
Es que el arte nos refleja. Somos la cultura que hacemos. Ese proceso de revivir el pasado construye también el futuro. Y es genial cuando la cerámica no solo adorna, sino que, también nos da un mensaje que tiene mucho que ver con lo que pensamos, con la filosofía tallada al día día.
La disposición de las obras permite al espectador establecer conexiones entre las piezas, guiado por un montaje que respeta tanto la individualidad de cada obra como su diálogo colectivo. Las paredes blancas, el mobiliario minimalista y la luz difusa crean un entorno propicio para el recogimiento y la reflexión.
No solo celebra el arte afrodescendiente: lo reivindica como una forma de pensamiento visual que habla desde la herida, la dignidad y la belleza. En tiempos donde la identidad cultural sigue siendo motivo de disputa, estas obras se erigen como monumentos silenciosos a la resistencia y al orgullo de un legado que no deja de renovarse.
Retrospectiva artesanal es mucho más que una exposición colectiva que tributa al Día de los Padres. Es una tribuna popular donde se pone de manifiesto lo que somos; lo que hacemos; y lo que no queremos ser en el futuro más inmediato.