Bajo la Carpa de Encuentros de la Semana Negra de Gijón, comenzaron el pasado 6 de julio las Jornadas Antiimperialistas Moncada 2025, organizadas por la Asociación Lázaro Cárdenas. Este espacio de pensamiento crítico y combate cultural, que celebra ya su cuarta edición, se enmarca en un momento de reconfiguración geopolítica global: mientras en Brasil se desarrolla una cumbre histórica de los BRICS, en Asturias se abren trincheras de ideas frente al imperialismo.

El acto inaugural contó con la intervención de Salim Lamrani, profesor, escritor y periodista francés, especialista en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Lamrani imparte clases en la Universidad París Descartes y la Universidad Paris-Est Marne-la-Vallée, y es miembro de la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, además de conferenciante habitual en numerosos países. Fue presentado por Manolo Villar, presidente de la Asociación Lázaro Cárdenas, y Beatriz González, viceconsejera de Derechos Ciudadanos del Gobierno asturiano.

Villar agradeció la acogida del público, la colaboración de la Semana Negra y la figura del ponente, a quien describió como una “mente brillante al servicio de la verdad y la dignidad de los pueblos”, no sin mencionar —entre sonrisas— su afición por el fútbol y su condición de experto en Marcelo Bielsa. Beatriz González, por su parte, reivindicó la necesidad de pasar “de la resistencia a la ofensiva política” frente a la ola reaccionaria que avanza en Europa y América Latina: “La derecha hoy está entregada al extremismo, y eso nos obliga a redoblar la organización y el pensamiento crítico”.

La ponencia de Salim Lamrani, titulada “El nuevo ciclo imperialista estadounidense en América Latina”, fue un recorrido profundo y minucioso por dos siglos de historia, centrado especialmente en el caso cubano como ejemplo paradigmático de agresión sistemática por parte de Estados Unidos. “Para entender 1959 —afirmó— hay que entender 1898. El origen del diferendo entre Cuba y EE.UU. no está en la Revolución, sino en la frustración de la independencia cubana a manos del imperialismo”.

Lamrani recordó que desde principios del siglo XIX, figuras como Thomas Jefferson y John Quincy Adams ya planteaban la necesidad de anexar Cuba por su valor geoestratégico. “Adams formuló la teoría de la fruta madura: cuando una manzana está lista, cae del árbol. Para él, Cuba maduraría políticamente y caería en manos de Estados Unidos. Pero el pueblo cubano tenía otros planes”.

El profesor destacó el papel del movimiento emancipador de 1868, la abolición de la esclavitud como primer acto soberano, y la figura de José Martí, quien comprendió que “el principal obstáculo para la independencia no era España, sino el imperialismo emergente del Norte”. Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano para lanzar la guerra necesaria, pero cuando el triunfo parecía próximo, Washington intervino militarmente en 1898 para evitar una independencia plena.

“Cuba no fue liberada, fue ocupada”, afirmó Lamrani. “La primera bandera que ondeó en Santiago de Cuba no fue la de la estrella solitaria, sino la de las barras y estrellas”. Recordó también la imposición de la Enmienda Platt, que permitió las sucesivas intervenciones estadounidenses y obligó a ceder el territorio de Guantánamo. “¿Qué estipulaba aquella enmienda? Que EE.UU. podía intervenir militarmente cada vez que lo considerase necesario. Y lo hizo: en 1906, 1909, 1912, 1917…”

El recorrido continuó con el golpe de Estado de Batista en 1952, apoyado por Estados Unidos, y la respuesta revolucionaria encabezada por Fidel Castro. Lamrani desmontó la narrativa oficial estadounidense que justifica el bloqueo por la alianza con la URSS. “Desde el principio, EE.UU. quiso aplastar la Revolución. La CIA ya advertía en 1958 que había que impedir la victoria de Fidel Castro. No había entonces vínculo con Moscú. Lo que molestaba era la independencia”.

Con abundantes datos y documentos desclasificados, Lamrani expuso la evolución del discurso de Washington: “Primero fue la reforma agraria, luego la nacionalización, más tarde la cercanía con la URSS, después el apoyo a los movimientos de liberación en África y América Latina… Siempre hubo una excusa. Pero la razón real fue siempre la misma: Cuba decidió no subordinarse”.

“El proceso de nacionalizaciones fue legal —añadió—. Se indemnizó según los valores declarados fiscalmente. El problema fue que esas empresas declaraban solo el 20% de su valor real. Por eso protestaron. Pero el método era legítimo”. En ese sentido, concluyó que el bloqueo es un acto de guerra económica injustificable: “Es un crimen de lesa humanidad, y ha sido condenado por la comunidad internacional año tras año. Sin embargo, EE.UU. sigue aplicándolo con total impunidad”.

Lamrani también advirtió sobre las nuevas formas del imperialismo: la guerra mediática, el lawfare judicial, la censura algorítmica y la manipulación informativa como herramientas de intervención blanda. “Ya no hace falta enviar marines, ahora basta con sancionar, demonizar, judicializar y aislar. El imperialismo se ha digitalizado, pero sigue siendo imperialismo”.

La conferencia fue recibida con atención y aplausos por un público entregado, que llenó la carpa y participó activamente en el turno de preguntas. Así comenzó Moncada 2025, con un mensaje claro: frente a la mutación del imperialismo, pensar es una forma de resistencia. Como recordó la organización: la lucha contra el imperialismo también se libra con ideas.

Una semana de pensamiento crítico y combate cultural contra el imperialismo

Las Jornadas Moncada 2025 continúan su andadura en distintos puntos de Asturias con una programación plural, crítica y combativa. Este lunes 8 de julio, la escritora Carmen Domingo reflexionará en Gijón sobre memoria histórica y resistencia femenina bajo el franquismo con su intervención “Coser y cantar”.

El martes 9, en Candás, el ex eurodiputado Javier Couso abordará el militarismo global en “El imperio en armas: OTAN, guerras por delegación y el eje atlántico-israelí”, mientras que en Oviedo, Juan Carlos Blanco de la Cruz, acompañado por Gaspar Llamazares, analizará “La tiranía digital: cómo las naciones-pantalla gobiernan el mundo”. El miércoles 10, Roberto Montoya presentará en Gijón su investigación sobre la deriva trumpista en “El retorno de Trump: a dónde quiere llevar a Estados Unidos y al mundo”.

El broche final llegará el jueves 11, también en Gijón, con una mesa de análisis geopolítico titulada “Los BRICS y la paz duradera: desmontando la guerra”, en la que participarán Javier Couso y Pascual Serrano, moderados por Laura González. Una semana para pensar, debatir y articular estrategias frente al imperialismo en todas sus formas.

Tomado de Cubadebate

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