«Nos enorgullece que ALBA-TCP se coloque a la vanguardia en la denuncia de los continuos asechos imperiales y que se proyecte como una voz firme frente los designios estadounidenses. Esta Alianza es nuestro primer escudo frente a los peligros que acechan a la paz y la seguridad de la región».

 

Las palabras formaron parte del discurso pronunciado en la tarde de este miércoles, desde La Habana, por el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la XIII Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno del ALBA-TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos), moderada desde Venezuela y en formato virtual.

 

Luego de trasladar a los hermanos de Nuestra América «un saludo cordial del General de Ejército Raúl Castro Ruz», el Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez -el primer dignatario al cual el Presidente Nicolás Maduro ofreció el derecho a la palabra- expresó a todos: «La diplomacia de las cañoneras regresa al Caribe. Barcos, aviones, un submarino y miles de efectivos estadunidenses son desplegados en la región, esta vez con el pretexto de luchar contra el narcotráfico y grupos criminales que ponen en riesgo la seguridad de los Estados Unidos».

 

«Pareciera una gastada farsa si no fuera porque puede derivar en tragedia. La noticia circula al mismo tiempo que el gobierno de ese país, de manera impúdica, violando todas las normas de la convivencia internacional, pone precio a la cabeza del presidente legítimo de la República Bolivariana de Venezuela».

 

El Jefe de Estado refirió que lo recién leído y pronunciado era «un fragmento, breve pero contundente, y a la vez cargado de dolorosa memoria, de una declaración de Casa de las Américas que, como todos conocemos, es una institución de la intelectualidad progresista de Nuestra América que mantiene además fuertes vínculos con creadores de Norteamérica».

 

Valoró que «la denuncia, emitida desde su sede en La Habana, es un grito de urgencia de nuestros pensadores, conscientes del significado de esos actos de prepotencia imperial, pero también del poder de la unidad para detenerlos».

 

Más adelante en sus palabras, afirmó el dignatario: «Vivimos tiempos de enormes desafíos y riesgos excepcionales». Y entonces denunció que «el imperialismo, en el despliegue de su ofensiva hegemonista y agresiva, evidencia que no tiene intención de detenerse ante los límites que le impongan el Derecho Internacional, la Carta de las Naciones Unidas, y décadas de resoluciones y declaraciones regionales y universales contra la coerción, la amenaza, la interferencia en los asuntos internos de otros Estados, y la intervención».

 

El Presidente cubano reflexionó que «la anunciada prerrogativa que el gobierno de los Estados Unidos pretende otorgar a sus agencias de aplicación y cumplimiento de la ley para actuar contra organizaciones criminales dentro de las fronteras de otros Estados, constituye una inaceptable amenaza de agresión, de violación de la soberanía de naciones de la región y una alteración adicional del régimen de paz y cooperación que los países latinoamericanos y caribeños tanto nos hemos esforzado por garantizar».

 

«El citado despliegue -recalcó- de unidades navales militares hacia el sur del Caribe, bajo el mando del Comando Sur, según se dice, involucra hasta 4 mil efectivos y se presenta como acto disuasorio, bajo el falso y desproporcionado argumento de combatir a los carteles del narcotráfico».

 

El Jefe de Estado subrayó que, «dadas las características de las unidades dispuestas, este es un movimiento estratégico que podría facilitar acciones al amparo de la ley estadounidense, concretamente del Título 50 del Código de Estados Unidos (sobre Guerra y Defensa Nacional), que le otorga al presidente de ese país la capacidad de ejecutar operaciones militares o clandestinas, sanciones y confiscaciones de activos sin informar previamente al Congreso».

 

«Cuba denuncia firmemente esta nueva demostración de fuerza imperial y hace un llamado al ALBA-TCP y desde aquí a todos los pueblos del mundo, a condenar esta irracional arremetida de la Administración Trump».

 

Con énfasis, el mandatario expresó: «Denunciamos con igual firmeza el estímulo y la financiación a los planes terroristas contra Venezuela, así como la acusación mendaz lanzada por el gobierno de Estados Unidos contra el presidente Nicolás Maduro, que pretende asociarlo, sin fundamento ni prueba alguna, a organizaciones criminales vinculadas con el tráfico ilícito de drogas. Se trata, nuevamente, del tipo de maniobras a las que acude el imperialismo cuando alberga intenciones agresivas contra Estados soberanos, cuando no es capaz de ahogar el espíritu de resistencia de los pueblos y necesita entonces un pretexto fraudulento para justificar sus acciones».

 

En el encuentro regional confluyeron este miércoles Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Antigua y Barbuda, San Vicente y las Granadinas, Dominica, Granada y Santa Lucía. También tomó parte Honduras, en calidad de país invitado.

 

 

 

UNIRSE EN CONVICCIONES Y EN ACCIÓN

 

«Las graves amenazas que se profieren desde ese “Norte revuelto y brutal que nos desprecia”, como lo llamó José Martí, forman parte de un esquema de dominación envilecido, empeñado en reactivar la Doctrina Monroe, clave del intervencionismo estadounidense en nuestro hemisferio», enunció el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

 

Y más adelante, en su intervención durante la Cumbre Extraordinaria, dijo Díaz-Canel Bermúdez: «No nos queda otra alternativa que la de enfrentar al imperio que pretende subordinarnos a sus intereses. Y debemos hacerlo firmemente unidos en convicciones y en acción. Con ese espíritu de compromiso histórico en la defensa inquebrantable del destino común, nos hemos convocado en el ALBA-TCP».

 

El mandatario recalcó que «la paz, y la coexistencia pacífica entre los Estados, a la que aspiramos, no puede asentarse en la ingenuidad ni dejarnos olvidar los peligros. Nos corresponde defenderla como un derecho irrenunciable, y desde posiciones realistas».

 

 

 

FIDEL Y EL LEGADO DE LA UNIDAD

 

Díaz-Canel Bermúdez afirmó en su discurso: «Como todos ustedes conocen, el pasado 13 de agosto celebramos, no sólo en Cuba, sino también en otros países de América Latina y el Caribe y del mundo, el natalicio 99 de quien, desde su enorme legado de ideas y acción, sigue siendo el Comandante en Jefe y el máximo Líder Histórico de la Revolución Cubana, Fidel Castro Ruz. En estos días, hemos dado inicio a un año conmemorativo, de alcance internacional, por su Centenario».

 

«El aporte multifacético de Fidel a la historia y a los esfuerzos por la integración y la unidad de nuestra región, resulta inconmensurable. Nuevas generaciones de dirigentes y activistas sociales latinoamericanos y caribeños hacen suyo ese legado fidelista, que, unido al del inolvidable Comandante Hugo Chávez y otros indiscutibles líderes de los afanes unitarios de Nuestra América, hoy más que nunca continúan siendo brújula de la acción, en línea con el ideario bolivariano y martiano».

 

«Celoso cuidador de la diversidad, Fidel fue también un incansable articulador de la unidad de nuestros pueblos, basada en un profundo sentimiento antimperialista. Nos enseñó que la batalla no es solo política o económica, sino también cultural y moral».

 

«Con ese arsenal de experiencias e ideas -expresó el Jefe de Estado- estamos convocados a enfrentar las amenazas que se ciernen no solo sobre un grupo de nuestros países, como Venezuela, Nicaragua y también Cuba, devenidos últimamente en blanco predilecto del cerco y las medidas económicas coercitivas unilaterales del gobierno de los Estados Unidos». El dignatario subrayó que las amenazas gravitan sobre todos los pueblos dispuestos a decidir su propio destino. Y enfatizó:

 

«La defensa del derecho a la libre determinación y la solidaridad inquebrantable entre naciones hermanas, es un mandato de la historia que nos ha traído hasta aquí».

 

«Estados Unidos, ¿qué pretende?: Pretende dividirnos con su política de presiones y bloqueos; se propone debilitarnos con discursos de odio y acciones desestabilizadoras. Pero nuestra historia -y no lo olvidemos- está marcada, desde los ancestros indígenas, y también desde lo mejor y más popular que nos legaron África, Asia y la propia Europa, por la resistencia y la victoria de los pueblos cohesionados».

 

El Presidente cubano comentó que, desde ese acumulado de saberes y sentimientos que nos legaron nuestros ancestros tampoco podemos dejar de exigir, en cada tribuna, en cada espacio, en cada expresión de rechazo al imperialismo, que cese el genocidio en Gaza.

 

«Las amenazas, dijo, que hoy se ciernen sobre Venezuela se basan en la misma filosofía del despojo que ha convertido a una pequeña franja de tierra en el infierno de este mundo, Basta de impunidad sionista. Basta de complicidad imperial. O viceversa. Todos los crímenes tienen perpetradores y cómplices para poderse sostener en el tiempo. El sionismo israelí y el imperialismo yanqui intercambian roles en sus ejercicios criminales. Cuba lo sabe bien, porque en su genocida bloqueo, el imperio siempre ha contado con el respaldo invariable del genocida israelí».

 

 

 

MOVILIZARSE CONTRA EL NUEVO INTENTO COLONIZADOR

«Apoyamos resueltamente el Comunicado Especial adoptado por el Grupo de Amigos en Defensa de la Carta de las Naciones Unidas, mediante el cual los países miembros expresaron su preocupación por las declaradas intenciones del gobierno de los Estados Unidos de iniciar acciones militares en América Latina y el Caribe», declaró Díaz-Canel Bermúdez. Y resaltó:

«En consonancia con la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, consideramos necesario movilizar la denuncia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños contra este nuevo intento colonizador, por lo que apoyamos la realización de una reunión extraordinaria de Cancilleres de la CELAC».

Más adelante el dignatario recordó que el 23 de enero de 1959 «el Comandante en Jefe Fidel Castro, hablando en acto multitudinario, en la Plaza del Silencio, en Caracas, expresó: “Estos pueblos han adquirido una conciencia demasiado grande de su destino para que vayan a resignarse otra vez al sometimiento y a la abyección miserable en que hemos estado viviendo durante más de un siglo”».

Díaz-Canel detalló que el Comandante en Jefe añadió a la expresión anterior: «Estos pueblos de América saben que su fuerza interna está en la unión y que su fuerza continental está también en la unión».

El Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba afirmó: «Los cubanos compartimos esa convicción. La sangre de nuestros héroes no se derramó en vano. Y, si llegara el momento de defender con nuestras propias vidas el suelo sagrado de la Patria, cumpliremos ese deber como el más alto honor».

A los «entrañables amigos» que escuchaban, expresó el mandatario: «Ni las bravatas de intervención, ni las presiones políticas y económicas, ni las campañas de desinformación, son suficientes para quebrar las esencias y rendir la dignidad latinoamericana y caribeña, si nos mantenemos cohesionados».

«Nuestra fuerza es la fuerza de la historia y de ideales compartidos y se afinca en la firme convicción de que la libertad y soberanía de cada pueblo es la libertad y la soberanía de todos».

Díaz-Canel Bermúdez volvió, en sus palabras, al llamamiento de la Casa de las Américas: «Como sus intelectuales advierten y cito: “si algo está claro, y el propio imperialismo nos impide olvidarlo, es quién encarna desde hace al menos doscientos años al enemigo principal de los ideales de Bolívar y Martí. A ese enemigo, al gigante de las siete leguas, hay que combatirlo por todos los medios, sin extraviarnos en discusiones que allanen la misión de barcos, aviones, submarinos y los miles de efectivos que nos amenazan”».

Otros llamados cardinales hijo el Jefe de Estado: Que la voz de nuestros próceres y el espíritu de Chávez y Fidel a las puertas del año del Centenario del Comandante en Jefe, nos guíen en esta lucha conjunta; que la solidaridad y la unidad inquebrantables sean nuestros escudos.

«Solo juntos, unidos por la esperanza y el amor por nuestra tierra, podremos construir el futuro que merecen las generaciones presentes y venideras», subrayó el Jefe de Estado, acompañado en este espacio por el miembro del Buró Político y canciller Bruno Rodríguez Parrilla, y el integrante del Comité Central y jefe de su Departamento de Relaciones Internacionales, Emilio Lozada García.

UN PÓRTICO DE HERMANDAD

Al abrir el espacio de reflexiones de la Cumbre Extraordinaria, el Presidente Nicolás Maduro extendió un saludo solidario, afectuoso, cariñoso para todos los pueblos integrantes del ALBA-TCP. «Mis saludos solidarios y revolucionarios», dijo. Y comentó seguidamente que el encuentro regional se hacía para actualizar todo lo que tiene que ver con los planes de cooperación permanente, y para pasar revista a las circunstancias movidas «que tenemos hoy en el continente».

El dirigente bolivariano describió a América Latina y el Caribe como un territorio en disputa entre las fuerzas del pueblo -fuerzas independentistas, de avance y lucha- y las fuerzas oscurantistas del imperio estadounidense. Dijo que se trata de un «pulso permanente», y que el ALBA nació al calor de ese pulso.

Maduro resaltó: «Vamos a cumplir 21 años en diciembre». Y recordó que la Alianza nació como alternativa al modelo colonial económico que se quería imponer con el ALCA. El mandatario evocó que hasta lucha hubo en las calles en los años 90 y en los primeros momentos del siglo XXI, y que, al calor de esa lucha, entró un proyecto propio, humanista: «Nació la Alternativa Bolivariana para los pueblos de Nuestra América».

Recordó frutos del ALBA como los procesos masivos de alfabetización, o como la Misión Milagro -que devolvió la vista a los campesinos, a los obreros-, o como las misiones de Salud, extraordinarias. Nuestro pueblo está profundamente agradecido, dijo, por la misión médica cubana que está entre los humildes.

«Somos una Alianza de guerreros y de guerreras por la paz», dijo el Presidente Venezolano, quien recalcó que el ALBA siempre estuvo de primera en la solidaridad, en la unión, y ha estado de primera, acompañando al pueblo de Palestina.

Reflexionó que, si algo caracteriza esta época que estamos transitando, es el carácter cruel y la normalización del crimen en toda su expresión, como esos bombardeos contra pueblos nobles, desarmados e indefensos como el pueblo palestino.

«El ALBA es la Alianza de los valientes», dijo Maduro, quien valoró que esa herramienta regional va arrojando luces para los pueblos rebeldes que luchan por su propio proyecto.

Sobre las amenazas imperiales, las calificó como «frenesí enloquecido de amenazas» por parte de quienes creen que Monroe puede volver y que Bolívar no va a hacer nada. ¿Cuál es nuestro camino?, preguntó Nicolás Maduro para luego recalcar que el camino está en la paz, en la unión, en modelos económicos, sociales y culturales propios; el camino es latinoamericanista y caribeño, enunció.

La unión es lo que nos ha hecho fuertes, y la unión es la gran lección que sacamos de los gigantes como Fidel, como Chávez, como el ALBA, a quienes nadie les quita lo vivido y lo hecho, conceptualizó el dignatario.

MÁS VOCES DE LA REGIÓN

A la Cumbre se sumaron otras voces, como la del Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora, quien afirmó que «participamos apremiados por hacer efectiva nuestra solidaridad con Venezuela», amenazada por el imperio.

El fascismo nos acecha y los pueblos debemos prepararnos para resistir y vencer, dijo; y comentó, entre otras ideas, que la verdadera seguridad de nuestros pueblos no se resuelve con buques, que esos pueblos no aceptarán imposiciones ni amenazas, y que la paz no se militariza.

Por su parte el dignatario nicaragüense Daniel Ortega denunció los acontecimientos de Gaza, y recordó que el imperio siempre ha actuado con la fuerza de la violencia, lanzando bombas atómicas, como la de Hiroshima y Nagasaki. Lo increíble, dijo, es cuán sumisamente reacciona la comunidad internacional.

De unidad, «de identificar las formas en que podemos ser más productivos y mejorar la vida de nuestras naciones» habló Ralph Gonsalves, Primer ministro de San Vicente y las Granadinas, quien al referirse a imperialismo estadounidense dijo que «siempre habrá una amenaza sobre nosotros». Por eso, recalcó, «tenemos que trabajar juntos, basados en la solidaridad, y protegernos tanto como sea posible en la práctica».

UNA DECLARACIÓN POR LA SOBERANÍA DE NUESTROS PUEBLOS

Por unanimidad, la Cumbre Extraordinaria aprobó una Declaración final que expresa el más firme y absoluto respaldo al Presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, quien enfrenta nuevamente una nefasta ofensiva de persecución política y judicial promovida desde los Estados Unidos.

Igualmente el texto denuncia que las acusaciones infundadas, utilizadas como instrumentos de hostigamiento mediático y diplomático, forman parte de la estrategia de judicialización de la política que pretende deslegitimar gobiernos soberanos y abrir el camino a la intervención extranjera: «Estas maniobras no solo constituyen un ataque directo a la independencia de Venezuela, sino también una amenaza contra la estabilidad y la autodeterminación de todos los pueblos de América Latina y el Caribe».

La Declaración rechaza de manera categórica las órdenes del gobierno de los Estados Unidos de desplegar fuerzas militares bajo pretextos falsos; denuncia que el despliegue militar estadounidense en aguas del Caribe, disfrazado de operaciones antidrogas, representa una amenaza a la paz y la estabilidad de la región y constituye una violación flagrante del Derecho Internacional y de la Carta de las Naciones Unidas, que consagran el respeto a la soberanía, la igualdad de los Estados y la autodeterminación de los pueblos; y exige el cese inmediato de cualquier amenaza o acción militar que vulnere la integridad territorial y la independencia política de los Estados de América Latina y el Caribe.

El texto también denuncia «las medidas de reforzamiento extremo del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América contra Cuba, las cuales, además de ser contrarias al Derecho Internacional, ocasionan graves perjuicios al bienestar del pueblo cubano».

La Declaración, entre otras ideas, condena la política imperialista de hostigamiento y desestabilización; reafirma el carácter antiimperialista y solidario del ALBA-TCP; y destaca la decisión de defender la paz, la unidad y la seguridad regional, libres de toda forma de intervención extranjera.

«Como vanguardia de los pueblos libres -«Como vanguardia de los pueblos libres -manifiesta la Declaración-, declaramos que la paz verdadera solo puede nacer de la justicia social, del respeto a la soberanía de las naciones y la autodeterminación de los Pueblos. Frente al imperialismo que amenaza con guerras y bloqueos, América Latina y el Caribe reafirman que seguirán el camino de Bolívar, Martí, Chávez y Fidel, y ratifican su condición irrevocable de proteger la región para que sigamos siendo una Zona de Paz».

Tomado de Granma

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