Desde 2017, cada 21 de agosto se conmemora el día internacional de las víctimas del terrorismo, se les homenajea; así lo aprobó la Asamblea General de la ONU al año siguiente. A pesar de la condena mundial contra el terrorismo cualquiera que sea su origen e inspiración, sus víctimas y supervivientes son olvidadas, estos luchan para hacer que se escuchen sus voces, se apoyen sus necesidades y se reconozcan sus derechos.
Con el fin de lograr cumplir con la encomienda, la ONU ofrece apoyo a los Estados Miembros para implementar la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el terrorismo. En términos teóricos la motivación es noble e inspira solidaridad, pero en la realidad del mundo de hoy, no deja de ser una quimera, cuando se emplea el terrorismo de Estado contra el pueblo palestino desde hace décadas y en los últimos 22 meses, el genocidio israelí ha causado miles de mártires mortales, en particular niños, y dejado supervivientes, víctimas por igual de ese método de imponer el miedo a una nación, una cultura y una ideología.
Hasta el 14 de agosto del presente año, se registran, en términos conservadores unos 62 mil palestinos asesinados, además 380 trabajadores de la ONU destinados a la Franja de Gaza, 232 periodistas, fotógrafos y datos lapidarios: el 80% de los asesinados eran civiles y de estos el 70% fueron niños y mujeres. Muchos más han fallecido por los efectos indirectos de genocidio, el hambre, frío y las enfermedades que ha diezmado a cerca del 5% de la población de Gaza.
Este llamado a una nueva conmemoración y homenaje es un ultraje para quienes lo aprobaron incapaces de contener el odio y furia sionista, empeñada en la más brutal limpieza étnica.
Los cubanos conocen bien el terror, desde hace más de seis décadas generaciones de ciudadanos han aprendido a convivir con la amenaza terrorista, que comenzó en los primeros meses de 1959, cuando la administración estadounidense de turno concibió, organizó y dirigió el empleo de ese flagelo, para lograr sus hasta hoy fracasadas intenciones de derrocar al sistema político en Cuba.
Desde entonces, cada día, de cada semana, mes y año, se ha urdido, organizado y ejecutado un plan de ese tipo. Sucesivas administraciones estadounidenses han intentado casi todo, un bloqueo generalizado desde febrero de 1962, que ejerce la intimidación y la coerción a su población y amenaza a su gobierno con la violencia, mientras acosa a su economía, comercio, finanzas, como método para someter y asfixiar.
Cuba conmemora cada 6 de octubre el Día de las Víctimas del Terrorismo de Estado, en igual fecha de 1976, fue derribado en pleno vuelo un avión civil cubano, que causó 73 víctimas de ellas 57 cubanos. Sus ejecutores fueron mercenarios al servicio de reconocidos terroristas de origen cubano, protegidos después en Estados Unidos. También se recuerda a los 3 478 nacionales asesinados por el terror y los 2 099 afectados por miles de agresiones de todo tipo, cifras que ha aumentado en los últimos años.
La ONU no ha reconocido a Cuba como un país víctima permanente del terror, tampoco ha rechazado la infame inclusión de la Isla en la lista de supuestos países patrocinadores del terrorismo, pretexto para endurecer el sistema unilateral de medidas coercitivas y otros añadidos punitivos que obstaculiza mitigar los efectos de voraz bloqueo dentro de la sistemática guerra económica.
Como Estado Miembro de la ONU, con vasta experiencia en enfrentar al terrorismo de Estado, el Gobierno cubano respalda toda iniciativa internacional para apoyar a los mártires y sobreviviente de ese flagelo y una vez más conmemorará y hará homenaje a sus víctimas.
Tomado de Cubadebate