¡De infarto! Un partido que es ya leyenda vivió el equipo cubano Sub-23.  Fue la definición pura del carácter y la tempestad que distingue a nuestro Béisbol.

Con la victoria en la mano de México y solo un chance de vida, llegó el séptimo inning épico cuando los mexicanos ya casi celebraban al ir ganando por tres 4-1 a tres aut de la victoria.

Dos boletos , un imparable de Cristian Rodríguez y doble clave de Raidel Sánchez con las bases llenas no fue solo el batazo clave , fue una explosión de fe que cambió el destino del partido.

Forzar el juego extra bajo esa presión demuestra una madurez impresionante.

Y en el octavo, la ejecución fue perfecta: el elevado de sacrificio de Yulieski Remón es el tipo de juego disciplinado y sacrificado que gana partidos definitorios.

Fue la jugada de un equipo que entendía lo que estaba en juego.

Mención aparte merece el trabajo en el montículo.

Randy Martínez con un sólido trabajo y el cierre impecable de Yunier Batista que selló con nervios de acero un partido de presión máxima.

Y detrás de todo, la estrategia certera de Danny Miranda, que supo mover sus piezas con la frialdad de un gran estratega.

Esta medalla de bronce tiene sabor a oro. El verdadero premio no era el metal, sino el pasaporte al Mundial de Nicaragua 2026, y lo consiguieron de la manera más dramática y gloriosa posible.

Enhorabuena a la Sub-23! Un triunfo que inyecta fe en el futuro del Béisbol cubano y que nos hizo recordar aquellos grandes equipos cubanos que sacaban la garra y ganaban al final de manera dramática dejando a sus rivales con el mieles en la boca .

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *