Y llega mi cuarto y final artículo de homenaje al Centenario de la FEU, después de haber pasado por la Brigada, el Diálogo, y los 100 años de la Revista Alma Mater.

Sigo desde la verdad con testimonios comprobables; y desde el respeto a las actuales generaciones que dirigen la FEU en sus diferentes instancias. Intentar darles recetas de comportamientos a las generaciones actuales, equivale a  iniciar un camino equivocado.

En esta ocasión cumpliré lo prometido en el encuentro con los delegados e invitados al X Congreso, el pasado 17 de diciembre; compartiré lo esencial de aquella inolvidable tarde.

Y expresaré mis deseos para dirigentes y estudiantes que dejan la FEU de manera oficial, y para quienes toman las banderas en el Consejo Nacional y su Secretariado, para quienes siguen siendo miembros de la FEU y para los que están llegando.

Cuando Karla Santana me alertó que estaban pensando un encuentro de los delegados e invitados conmigo, mi primera reacción fue de sobresalto, y de cierta duda sobre el merecimiento y utilidad de ese acto de intercambio generacional.

Pero como siempre he dicho, dónde y cuándo quiera que me llame la FEU, ahí estaré acepté el reto.

Llegué al Anfiteatro Varona de la Universidad de La Habana, sobre las 4 de la tarde, y al entrar, luego de una cariñosa bienvenida de Karla, siguió una ovación  estremecedora, que me trajo de un sueño a la realidad.

Para el conversatorio con los delegados al X Congreso de la FEU en centenario, preparé un guión, con algunas partes que leería y otras que solo eran titulares.

Las palabras iniciales que leí

“Hay honores que adquieren una dimensión tan gigantesca que estremecen. Estar conversando con delegados e invitados al X Congreso de la FEU, en el año de su centenario, me estremece y a la vez me da la valentía suficiente para hacerlo, sabiendo que lo haré con humildad y amor infinito por nuestra FEU.

“Sin que pretenda convertir en práctica lo que a continuación haré, considero que en una ocasión centenaria es deber hacerlo, porque además lo prometí en un artículo en Cubadebate.

“Quiero que hagamos un pase de lista de presidentes de la FEU de Cuba, después del triunfo 1959, ya fallecidos y que mantuvieron una actitud de fidelidad a la Revolución. Ellos no han de ser considerados mártires, es por eso que es un pase de lista diferente, que de modo alguno se contradice con el pase de lista de los mártires.

“Les ruego ponerse de pie y luego de que diga en voz alta cada nombre y apellido, gritemos ¡Presente!

  • Ricardo Alarcón de Quesada
  • José Rebellón Alonso
  • Jaime Crombet Hernández Baquero
  • Juan Vela Valdés
  • Julio Cesar Castro Palomino Farrés
  • María de Jesús Calderius Fernández”

El “presente” para cada cual retumbó desde voces enérgicas y con una sinceridad evidente.

Le propuse a Karla que me permitieran decir algunas palabras iniciales y luego quedar a la disposición de los presentes para responder preguntas de cualquier índole, y escuchar cualquier opinión.

Dije que podría estar hablando más de una hora sobre mis vivencias como dirigente estudiantil universitario, y como acompañante de la FEU, en las generaciones que me sucedieron; pero que prefería ser más breve y que mis palabras iniciales estarían organizadas en tres partes: algunas anécdotas con nuestro Comandante en Jefe, con Raúl y otros dirigentes de la Revolución, siendo yo dirigente de la FEU.

Foto: Néstor del Prado.

Algunas anécdotas de mi etapa en la FEU

Tal vez varias de ellas ustedes pueden conocerlas, ya que aparecen en los libros Así es Fidel, de Luis Báez, y el de Wilmer Rodríguez. Pero siempre escucharlas en la voz y precisiones del que las vivió le da un encanto especial.

Finalmente compartiré con ustedes algunas reflexiones que pueden resultar de interés y ojalá que útiles.

Las anécdotas, la mayoría resumidas, serían 10 en honor al X Congreso.

Con Fidel:

Anda al hilo que te saco de la preselección.

Julio de 1969.

¿Ustedes comieron muchachos?

Marzo de 1971.

Competencia con Fidel para pelar una naranja con las manos.

Septiembre de 1971.

Con Raúl:

Muchachos, ¿le damos ayuda por el terremoto a la Nicaragua del dictador Somoza?

Diciembre de 1971.

Con Carlos Rafael Rodríguez:

Mira que darme un día  de preparación para hablar de 100 años

27 de noviembre de 1971.

Con Celia Sánchez:

Quiero tu opinión personal sobre las sanciones a los muchachos de la FEU de la UCLV por lo del muerto que no lo estuvo, 1971.

Sobre estas seis anécdotas, les diré que por reclamo de los presentes tuve que entrar en detalles en cada una, incluso haciendo en una de ellas una confesión hasta ahora inédita.

Como ya dije, en todas ellas hay publicaciones en libros o en artículos míos en Cubadebate y en Facebook. Por tanto solamente haré un comentario de lo que considero crucial.

Vamos por parte.

Cuando Fidel me dijo que me podía sacar de la preselección de jóvenes cubanos que integrarían el Equipo de la Cosmonáutica en Cuba, fue porque mi respuesta a un problema matemático, no tan difícil que me puso tuvo un error de cálculo y él se percató. Calculando los segundo que tiene un año, no multipliqué por las 24 horas de un día.

A su pregunta de si habíamos comido, cuando llegamos a un salón de reuniones del Palacio de la Revolución, a eso de las 2 de la madrugada, y yo decirle si quería que le dijera la verdad, me respondió algo que jamás he olvidado: “claro que la verdad; la verdad siempre por dura que sea”.

En una reunión en el llamado salón de las pancartas de la entonces escuela de Derecho, se realizó una reunión con Fidel, y en un receso trajeron unas cajas de naranjas de una de las estaciones experimentales de la UH. Fidel, al percatarse que yo no tenía naranja, me dijo que me lanzaría una a ver si la capturaba bien, y luego hacer una competencia para ver quien la pelaba más rápido con las manos. La primera parte la logré, recibí la naranja lanzada, pero cuando yo iba por la cuarta parte del pelado de la naranja, ya Fidel había terminado la suya.  Yo con cierto atrevimiento me le acerqué para comprobar si él tenía algo para pelarla. Me dijo, vamos a intercambiar, coge la que yo pelé, y dame la tuya, porque si no te vas a quedar sin comer naranja. Pude ser testigo que peló mi naranja en menos de un minuto. Su uña del dedo pulgar de la mano derecha se asemejaba a una cuchilla de pelar.

***

Raúl nos llamó al presidente Nacional de la FEEM y a mí, que nos encontrábamos con él y otros compañeros en Pinar del Río, para consultarnos la decisión a tomar para enviar una Brigada Médica a socorrer a Nicaragua ante un terrible terremoto. Ustedes saben que era la etapa de la cruel dictadura de Somoza. El compañero de la FEEM, le dijo que apoyaría su decisión; Raúl me preguntó y me advirtió que no le diera una respuesta sin fundamentarla. Al decirle que Fidel nos había enseñado a distinguir Pueblo de Gobierno, y que la gente más humilde del  pueblo nos necesitaba, consideraba que era correcto enviar la Brigada cubana. Se sonrío, y me dijo, muy bien, pero no te vayas a pensar que lo estoy haciendo para decidir, ya la Brigada está en camino, pero quería comprobar la preparación política de ustedes.

***

Cuando Jaime Crombet y yo llegamos al despacho de Carlos Rafael enviados por Raúl el 26 de noviembre de 1971, para hablar sobre su discurso al día siguiente en el el Mausoleo de la Punta, preguntó: ¿cuál de ustedes dos fue el irresponsable que le propuso a Raúl que yo hablara? Sin titubear respondí: fui yo doctor, y lo hice porque sé que usted lo hará bien. Dijo pues no perdamos más tiempo, vamos a trabajar.

***

Una noche fui llamado por el Capitán Mendoza a su oficina de Director del periódico Granma con cierto misterio. Al llegar allí estaba Celia, que me preguntó sobre la decisión tomada de expulsar de por vida de la Universidad de Las Villas a Teófilo, autor intelectual del episodio, y por una año a Ramón, candidato a presidente de la FEU de dicha universidad, que se prestó para pasarse por muerto. Le dije que habían cometido un grave error al poner la bandera cubana sobre el féretro del supuesto muerto. Pero que le pedía una semana para indagar bien y darle una respuesta adecuada. Fui para la Universidad Central y realicé una investigación exhaustiva. Al regresar hablé con Celia y le die que consideraba que la medida era muy severa, pero que si ella promovía rectificarla dejaría muy mal parado a importantes dirigentes del Partido y del Gobierno, incluyendo al Rector de la Universidad.

Asintió y me agradeció mi gestión.

Unos meses después en un acto con Allende en la Plaza, en la tribuna, me llamó y me preguntó si yo no había sospechado que no era ella la que estaba buscando mi opinión. Le dije que yo estaba seguro que era Fidel, pero no creí respetuoso preguntarle.

Me dijo que Fidel estuvo de acuerdo con mi  opinión, y que le comentó jocosamente, que era una pena no poder contar con la genialidad organizativa de aquel Teófilo, que lo había previsto casi todo. Ambos nos echamos a reír.

De la FEU:

La aprobación de la candidatura a la FEU UH en la Ciudad Deportiva

Enero de 1971

Llegada tarde al Aula Magna el 21 de mayo de 1971, al Primer Consejo Nacional de la FEU, porque no pusieron el agua en la Beca de 12 y Malecón.

No llegar a tiempo a un gigantesco acto en la calle 23.

El color violeta en la bandera de la FEU, durante mi mandato.

De las anteriores anécdotas, solo escribiré la de la no llegada al gigantesco acto de la calle 23, ya que me he percatado que no la conté, y entonces no llegarán a las 10 prometidas. No quiero alargar tanto este artículo.

Resulta que fui designado como presidente de la FEU como segundo orador en un acto de solidaridad con la lucha de Vietnam, en que también hablarían el Secretario General de la CTC y el ministro de Salud Pública Heliodoro Martínez Junco. Pues bien, en mi afán por estar junto a los estudiantes, en lugar de ir directamente para la tribuna que estaba casi en la esquina de 23 y L, me fui con los estudiantes bajando la Escalinata, pasando por la Fragua Martiana, para subir por 23. La concentración era tan compacta que no podía avanzar, fueron  unos minutos de mucha angustia. Pero cuando llegué a la tribuna, ya el ministro había comenzado su discurso. Todas las miradas fueron recriminatorias, menos la de Melba Hernández, que me llevó a su lado y al escuchar mi explicación, me dijo, te faltó previsión, pero te entiendo. Explícale a Jaime, y cuenta con mi defensa.

La última parte, las reflexiones organizadas en 10 ecuaciones matemáticas y 10 axiomas de vida, dos sorpresas y una confesión.

Diez ecuaciones matemáticas de la fortaleza y trascendencia de la FEU:

  1. La fortaleza y trascendencia de la FEU es directamente proporcional a a la vinculación efectiva de los dirigentes con los estudiantes.
  2. La fortaleza y trascendencia de la FEU es directamente proporcional a la ejemplaridad como estudiante, como dirigente y como ciudadano.
  3. La fortaleza y trascendencia de la FEU es directamente proporcional a la honestidad y al valor de defender las convicciones y la verdad a cualquier precio.
  4. La fortaleza y trascendencia de la FEU es directamente proporcional a a su total integración con el Pueblo al que se debe.
  5. La fortaleza y trascendencia de la FEU es directamente proporcional a sus principios y acciones latinoamericanistas y mundiales.
  6. La fortaleza y trascendencia de la FEU es inversamente proporcional a la pérdida de la memoria histórica.
  7. La fortaleza y trascendencia de la FEU es inversamente proporcional  al derrotismo y a la rendición.
  8. La fortaleza y trascendencia de la FEU es inversamente proporcional a vanidad, la inmodestia y la autocomplacencia.
  9. La fortaleza y trascendencia de la FEU es inversamente proporcional a la ignorancia y la pseudociencia.
  10. La fortaleza y trascendencia de la FEU es inversamente proporcional a las exclusiones que laceran la dignidad humana.

Los 10 axiomas de vida, que le pedí a Carlos, el presidente de la FEU de la Universidad de Oriente, que me lo recordara ya que no estaba en el guión escrito:

  1. Todos somos iguales, si comprendemos que todos somos diferentes.
  2. Es más fácil saber qué es la cosa, que saber cómo se hace la cosa, y lo crucial es hacer la cosa.
  3. Para hacer bien las cosas se necesita saber, poder y querer hacer bien las cosas.
  4. Es preferible una solución sencilla, al verdadero problema, que una sofisticada al problema equivocado.
  5. Un método simple consecuentemente aplicado, es superior al más enjundioso mal aplicado.
  6. La mejor manera de equivocarse al mediar en un conflicto entre dos partes, es escuchar a una sola de las partes.
  7. Todo en la vida está combinado sistémica y sinérgicamente, es cuestión de proporciones y de intencionalidad declarada u oculta.
  8. No podemos matar al tiempo, es el tiempo el que acabará por matarnos.
  9. Estar en las redes sociales digitales no asegura la victoria; pero no estar favorece la derrota.
  10. ¿?

Le dije a Carlos, que esa era una tarea para él, que me propusiera el décimo axioma y que me lo hiciera saber el martes 20 de diciembre.

Las dos sorpresas

Foto: Néstor del Prado.

La primera fue de Karla para mí, al entregarme la placa de la Condición Centenario de la Federación Estudiantil Universitaria. No lo esperaba, me emocioné mucho.

La segunda sorpresa fue informar la selección de dos albaceas, entre los delegados allí presentes, para que entreguen a la FEU nacional mi carta abierta a la FEU, que actualizo cada cierto tiempo desde el 2003, en un aniversario en que ya no esté.

La confesión con que termino y con la que me despedí de los delegados al X Congreso:

Desde ya les aseguro que cuando haga el recuento de los días más memorables y significativos de mi larga vida, la tarde del 17 de diciembre de 2022 con ustedes, estará en primer plano.

¡Viva la FEU de Cuba, que ya es centenaria!

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