A pocos sorprendió que el hockey sobre césped fuera denominado nuevamente en el 2024 como la disciplina de mejor labor durante el año que termina en la encuesta que tradicionalmente realiza el Círculo de Periodistas Deportivos, en conjunto con la entidad de esta esfera en el territorio.
Ya el pasado año había logrado un resultado inédito al ganar en todas las categorías: escolares, juveniles y de mayores, lo que le valió la designación del Acontecimiento Deportivo de 2023.
Y para quien ahora les comenta, el asunto no es solo aplaudir tan buen resultado en los últimos años, sino de invitar a la reflexión del por qué otros deportes ni siquiera se le acercan a la hora de pasar balance de lo que ocurrió en el año.
Porque el temor es que, tanto el buen resultado del hockey, como el rezago de no pocos deportes en Ciego de Ávila, se conviertan en algo normal, como si se diera por hecho que eso es así… por que es así.
Es evidente que los lauros del deporte de los bastones y la pelotica chiquita en el territorio son consecuencia de mucho trabajo de los entrenadores que, desde las categorías pequeñas hasta la de mayores, se desvelan por no dejar caer esos triunfos.
¿Pero qué sucede en otras disciplinas? ¿ Por qué no acaban de despegar hacia planos más decorosos? ¿Por qué dar como lógico que una y otra vez tengan que conformarse con los últimos puestos?
Porque si de problemas objetivos se trata, el hockey tiene que enfrentar la misma problemática en cuanto a recursos. Pueden buscarse múltiples justificaciones, pero siempre se impondrá la interrogante… ¿por qué el hockey si y los otros no?
Y desde luego que no hablo de aspirar a que todos los deportes aparezcan en los primeros puestos en el contexto nacional, sino de que no puede haber conformismo en que la provincia se ubique en el lugar 13 en la suma total del movimiento deportivo cubano.
Que sea normal que el hockey ocupe los primeros escaños es un propósito digno de aplaudir, pero que el deporte avileño, en sentido general, deje de ser sotanero, es algo que debe constituir, lo más rápido posible, una realidad en la mayoría de las competiciones.
Tomado de Invasor