Hoy, 8 de septiembre, se conmemora el Día Internacional del Periodista, una fecha para reconocer a aquellos que asumen la titánica tarea de buscar la verdad en un mundo inundado de información.

En una era donde las noticias falsas se propagan más rápido que los hechos y las opiniones a menudo opacan los datos, la labor del periodista se erige como un pilar fundamental para la salud de cualquier democracia. Son los ojos que ven lo que otros no pueden, la voz que amplifica los susurros de los sin voz y los contadores de las historias que definen nuestro tiempo.

La importancia del periodismo trasciende el mero hecho de informar; es un servicio esencial. Es el perro guardián que vigila el poder, el foro donde se debate el futuro de la comunidad y el espejo, a veces incómodo, que una sociedad se pone frente a sí misma para reconocer sus aciertos y sus falencias. Un periodismo robusto, independiente y ético es el antídoto más poderoso contra la desinformación y la apatía.

Nadie como José Martí entendió y ejemplificó mejor el deber moral que conlleva esta profesión. Para él, el periodismo no era un simple oficio, sino un apostolado. Sus palabras, escritas hace más de un siglo, resuenan con una vigencia escalofriante hoy:

  • «La prensa no es aprobación bondadosa o ira insultante; es proposición, estudio, examen y consejo.» Con esta frase, Martí nos recuerda que el periodismo de calidad va más allá de la polarización. Es un ejercicio de intelecto, de análisis profundo y de propuesta constructiva. Un llamado a informar con rigor, no con visceralidad.

  • «La única fuerza y la única verdad que existe en esta vida es el amor. El periodismo es amor.» He aquí quizás la definición más sublime. Martí eleva el periodismo a un acto de servicio y compasión por la humanidad. La verdad se busca y se cuenta no por odio o por interés, sino por un amor profundo a la justicia, a la libertad y al prójimo.

  • «Un hombre que oculta lo que piensa, o no se atreve a decir lo que piensa, no es un hombre honrado.» Esta es la columna vertebral del periodista valiente: la integridad inquebrantable. Es el principio que obliga a decir la verdad al poder, aun a riesgo de su propia seguridad, un recordatorio crucial en un mundo donde muchos periodistas trabajan bajo amenaza.

En el Día Internacional del Periodista, honramos a aquellos que, guiados por el espíritu martiano de amor a la verdad y servicio a los demás, se levantan cada día para investigar, cuestionar y narrar. Su trabajo no es siempre agradecido, pero es absolutamente indispensable. Son la brújula que nos ayuda a navegar en la tormenta de la desinformación, recordándonos que, como bien dijo Martí, «Ser bueno es el único modo de ser dichoso. Ser culto es el único modo de ser libre.» Y es el periodismo responsable uno de los grandes faros que iluminan ese camino hacia una sociedad más culta, más libre y, por ende, más dichosa.

Feliz día a todos los periodistas que, con su pluma y su valor, construyen día a día la primera versión de la historia.
A mis colegas de Radio Surco y TV Avileña, muchas felicidades.

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