Quizás muchos avileños no sepan que en Ciego de Ávila, como en toda Cuba, hay una organización que se encarga de velar por la calidad estética de los monumentos, esculturas, tarjas, y otras obras de arte que se hacen para el bien público en espacios abiertos o cerrados.
Se llama Consejo Asesor para el Desarrollo de la Escultura Monumentaria y Ambiental (CODEMA), y desde 1985, al fortalecer su personalidad jurídica, busca, en cada territorio, consolidar sus comisiones asesoras funcionales, para el cuidado y respaldo, primero, de la identidad territorial; y segundo, para convertirse en la convocatoria a los artistas de la vanguardia en la construcción de obras monumentales para el bien público.
Invasor conversó con José Ángel Guerra, presidente de esta comisión en la provincia, e indagó sobre algunos tópicos interesantes en materia de urbanismo y estética arquitectónica.
Es un joven de 38 años, graduado de Escultura en la academia Raúl Corrales en 2005. Con vasta experiencia en el mundo de las artes visuales, pues ha trabajado y aprendido con los maestros avileños de varias generaciones, tiene una manera peculiar de ser profundo y analítico en su manera de pensar. No le pierde pie, ni pisada, a las actualizaciones de la tecnología, ni en el mundo del arte.
Lo primero que salta a la vista es que al objeto social de CODEMA no se le agrega el servir de podio u oído para el pueblo, cuando este tiene juicios sobre acciones ornamentales y de arquitectura urbanística, “para eso existe un grupo de trabajo en el nivel de gobierno; también Patrimonio y la Dirección de Ordenamiento Territorial y Urbanismo llevan ese encargo social.
«Nosotros tomamos el entorno como eje principal de la obra a construirse. Y entendemos que la misma no solo tiene una función comunicativa y ornamental; además, ha de servir para algo e integrarse al lugar donde se ha erigido.
“Sin embargo, hay cosas que se nos van de las manos, porque no están en nuestra labor, siempre las expresamos en cada una de las reuniones, tanto en Cultura como en el Gobierno. Como, por ejemplo, la falta de señalética en las calles de la ciudad de Ciego de Ávila. Así como del estado constructivo de ciertos lugares o monumentos que representan el orgullo avileño, como La Trocha o la Alameda de la Locución, y las esculturas de chatarra en el Parque de la Ciudad”.
En estos momentos, la comisión sigue volcada en conseguir un proyecto escultural para cambiar el dado que está, desde 2021, en la calle Honorato del Castillo, esquina a Libertad, en los bajos del edificio de 12 plantas.
“Ese es un ejemplo de una mala práctica que no tuvo en cuenta la asesoría de CODEMA. Y, aunque después hicimos nuestros dictámenes y sugerencias, ya esa obra estaba puesta, a pesar de la desaprobación de mucha gente”.
—CODEMA carece de una sede física y de profesionalidad en su liderazgo. ¿Cómo respondes a esto?
—Es cierto que no contamos con una oficina permanente, pero eso no ha mermado nuestra eficacia. En cuanto a la profesionalidad, nuestro equipo está compuesto por individuos apasionados y comprometidos con la estética urbana y el patrimonio cultural. En otras provincias, sí tienen su oficina y una vida social mucho más activa. Solo hay que ver el ejemplo de Santiago de Cuba y cómo trabajan todo lo referente a las estatuas y monumentos, parques y murales, con sumo cuidado y una estética digna de convertirse en referentes nacionales. También La Habana, Villa Clara.
—¿Cómo aseguran que las obras públicas no solo sean estéticamente agradables, sino funcionales e integradas a su entorno?
—Cada proyecto se evalúa considerando su impacto social y su contribución al entorno. No se trata solo de estatuas y murales; es sobre cómo estas obras se comunican y sirven a la comunidad. Aunque nadie es infalible, y la historia nos lo ha demostrado muchas veces. Tenemos una comisión integrada por importantes artistas de las artes visuales avileñas como Mayslett Sánchez Clemente, Yuri Limonte, Enrique Milán Boza, Miguel Chamorro, Bárbaro Toranzo; Hernando Hernández Prado, el Arquitecto de la ciudad y Euclides Álvarez, por la parte del Registro de Bienes Culturales.
—¿Podrías hablarnos sobre la colaboración con otros organismos y artistas locales?
—Nuestro organismo rector, además de CODEMA en el nivel nacional, es el Ministerio de Cultura, y, en nuestro caso, la dirección provincial. Cada vez que se nos consulta sobre algún proyecto monumental, o de murales en tapias y paredes vacías, somos los encargados de armar, junto con el Consejo de las Artes Plásticas, un buen proyecto y equipo de trabajo para llevar a cabo cada obra. Si hay que lanzar una convocatoria para un monumento o escultura, pues lo hacemos y lo organizamos lo mejor posible para que nada parezca obra del azar o de la casualidad.
—¿Qué opinas sobre la cultura del detalle y el cuidado artístico en Ciego de Ávila?
—Esta comisión se esfuerza por fomentar una mayor atención al detalle y al significado artístico. Nuestro objetivo es crear obras que sean símbolos del patrimonio y el orgullo de nuestra gente. A Ciego de Ávila le falta mucho la cultura del detalle, del cuidado artístico y, sobre todo, a la hora de crear una obra que pudiera convertirse en símbolo o patrimonio del pueblo. Y cuando no ocurre, es porque en el trabajo de mesa no se tuvo en cuenta nuestra consultoría”.
—¿Cómo interactúan con otras comisiones y entidades culturales?
—No trabajamos en aislamiento. Participamos en reuniones coordinativas con el sistema de Cultura y otras entidades para contribuir al embellecimiento de nuestra ciudad. Cuando hay aspectos fuera de nuestro alcance, siempre expresamos nuestras preocupaciones y sugerencias. No somos siempre invitados en este tipo de encuentros, pero al menos uno de nosotros sí está de una forma u otra. Y es meritorio el trabajo bien consumado que desde la Unión de Escritores y Artistas de Cuba se hace para ponerle el dedo en la llaga a los problemas visuales de la ciudad y su entorno. Hacemos eventos de esculturas y tratamos de sensibilizar a los decisores para elevar su nivel de apreciación estética. También nos interesa la formación de públicos, porque de ello depende, en alguna medida, la belleza de la ciudad.
—¿Cuál es el enfoque actual de ustedes en cuanto a proyectos esculturales?
—Siempre nos enfocamos en lo bello y lo útil. Somos artistas. Y el arte tiene que denotar belleza, así refleje el tema más terrible para la humanidad. A pesar de los desafíos, estamos comprometidos a encontrar una solución a algunos de los descontentos de la población. Cuesta trabajo, hay pocos artistas acá dispuestos a colaborar, a presentar buenos proyectos.
—Es muy fácil hablar de lo que está mal, por ello, ¿cuáles consideras como ejemplos de buenas prácticas en materia escultural en la Ciudad de los Portales?
—Es complicado dar una valoración así sin correr el riesgo de herir sensibilidades. Solo diré que tenemos en Ciego de Ávila una estatua del Generalísimo, en el parque Máximo Gómez, hecha por nuestro anterior presidente de la comisión, José Ramón Benítez Vieito, un artista de una sapiciencia artística inconmensurable, miembro de la Uneac y un grabador de excelencia. Esa estatua reúne requisitos que la vuelven hermosa. Aunque no olvidemos que las valoraciones humanas son complejas porque están basadas en la subjetividad. También las estatuas de chatarra en el Parque de la Ciudad son ejemplo de buena práctica. Pero, ahora mismo, esas esculturas necesitan ser atendidas porque la barbarie de una parte de nuestra sociedad les está pasando la cuenta.
—Están cumpliendo 40 años, ¿ya tienen en proyecto esa celebración?
—Con el apoyo de la Uneac y nuestro órgano de relación, no dejaremos pasar este aniversario por alto. Pero lo que más nos importa es que la Ciudad de los Portales esté bonita y bien cuidada.
Tomado de Invasor