La obtención de producciones derivadas del procesamiento industrial de la caña de azúcar como alcoholes, rones, tableros de bagazo, meladura, alimentos para consumo humano y animal, así como la generación de electricidad, durante la recién finalizada zafra 2022-2023 en Ciego de Ávila, es muestra de la diversificación del sector y la búsqueda de nuevos ingresos más allá de los procedentes del dulce grano.

Sobre el tema Invasor indagó con Eduardo Larrosa Vázquez, director de coordinación y supervisión técnica del Grupo Azucarero Azcuba en el territorio avileño, quien dijo que el fomento de estos productos alternativos forma parte del nuevo esquema económico de esa corporación nacional, en el que muchos de ellos tienen encadenamientos con otras entidades de la economía del país.

Resalta que en el período se logró elaborar más de 14 900 toneladas (t) de meladura, la cual ha tenido como destino principal la producción de aguardiente y alcohol. También una parte importante se ha dirigido hacia la Industria Alimentaria y para conseguir alimento animal.

En cuanto a esta materia prima, un jarabe con una concentración entre 60 y 65 grados Brix, llevada a la destilería de la Empresa Agroindustrial Azucarera (EAA) Enrique Varona, se logró producir 48 000 hectolitros de diferentes tipos de alcohol desde el A (a 100 grados) hasta el F5, productos que se encadenan a otras entidades productivas en el territorio nacional, especificó Larrosa Vázquez.

Durante la etapa de zafra se produjeron más de 1000 t de crema de torula, y más de 72 000 litros del bioestimulante para cultivos Fitomas-E, en la UEB de Derivados de la EAA Ciro Redondo. Asimismo, la fábrica de tableros de Primero de Enero produjo más de 31 metros cúbicos de este material y la intención es que continúe el proceso productivo durante los meses venideros.

En tierras pinenses, durante el transcurso de la presente campaña azucarera, la Bioeléctrica aledaña al central Ciro Redondo aportó al Sistema Electroenergético Nacional unos 65 263,45 megawatts hora (MW/h), con cierre al 18 de mayo último, como ya había informado Invasor.

Según explicó el ingeniero Ariel Díaz Román, jefe de esa planta de energía renovable, al comenzar la zafra esa proporción de biomasa a quemar era mitad y mitad: 50 por ciento de bagazo y 50 por ciento marabú; sin embargo, los últimos datos hablaban de una razón de 76-24, lo cual garantizaba una mayor eficiencia y sostenibilidad en el consumo del material combustible.

El propósito es continuar la cosecha de marabú para la arrancada de la Bioeléctrica durante los meses de verano, y aportar así en ese período en que la demanda de electricidad aumenta en Cuba.

Entre las proyecciones en cuanto a la producción de derivados para los próximos meses, agregó Larrosa Vázquez, está que, al terminar el central Primero de Enero su Norma Técnica 52 (proceso referido a la limpieza, desarme, conservación y diagnóstico de los equipos de la industria), se evalúe la posibilidad, en algún momento antes de concluir el año, de reanudar la producción de meladura, para que la destilería elabore alcohol en inactivo (etapa de no zafra).

Una buena nueva es la ejecución en el central Enrique Varona, del municipio de Chambas, de una reparación dirigida a activarlo con los equipos suficientes para materializar, antes de terminar el presente año o en los primeros meses del 2024, que pueda incorporarse a fabricar en ese la meladura, lo cual repercutirá en el abaratamiento de los costos de producción.

Alden Hernández (Invasor)

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