Al hotel Mojito, en Cayo Coco, lo distingue el buen trato. Uno de los protagonistas de esto es Lixander Palenzuela Rojas, más conocido por Chicho. Comenzó en este hotel hace más de 20 años. Inició como piscinero, y sus deseos de superarse lo llevaron a graduarse de servicio gastronómico integral. Desde hace 15 se desempeña como cantinero. Hombre de pocas palabras y mucho hacer, así lo defino yo.

Cuando le dije que le iba hacer una entrevista en cámara, me respondió: «eso es para los famosos». Su modestia no le permite ver que es más que eso, porque tener la condición de Vanguardia Nacional por 22 años es un reto. Me repetía una y otra vez que lo importante es el trato a los clientes, más allá de la propina, que también hace falta. Dividendos que dona a la Salud Pública y a la asistencia social. Desde que llega al Mojito, no se detiene, pudiera ser el hombre hormiga, o el hombre abeja y lo acompaña un grupo de trabajo en el que prima la hermandad.

Aproveché el instante que preparaba un café y le pedí que me contara alguna anécdota trascendental para él. Me hizo varias, pero coincidentemente, una de esas ya la había escuchado. Me cuenta que llegó un cliente nacional a despedirse de él y le dijo: «por primera vez se había sentido extranjero en hoteles de este tipo». Eso más que alegría, expresa Chicho, le dio dolor porque entendió perfectamente su mensaje. Y me refirió, «para mí todos los clientes son importantes. YO SOY CUBANO».

Quizás por esa cubanía, Chicho se ha ganado el cariño y el respeto de sus compañeros y clientes. Por hombres como este, el destino Jardines del Rey es la mejor opción de quienes prefieren aire, sol y playa, acompañado de buena vibra.

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