Despierto y al restregar mis ojos quito de ellos los rastros de un sueño en el cual vuelvo a mi infancia. En aquel pequeño parque bajo el framboyán reposa una mesa repleta de dulces. Es un cumpleaños. Todos disfrutan de la noche; los adultos bailan con algún traguito de ron o menta, y los más jóvenes derrochan destreza en cuanto juego de participación aparece. ¡Cuántas carreras con sacos, saltos de cuerda, y competencias de equilibrar huevos a velocidad con cuchara en mano!
A las 12:00 en punto de la noche, comenzado el 28 de septiembre, cantamos el Himno Nacional y un vecino con buena locución da lectura al comunicado que referencia el desarrollo de la organización durante toda la etapa. Con un modesto regalo, además de los diplomas, se reconoce a los destacados en trabajos voluntarios, donaciones de sangre, el pago en tiempo de la cuota cederista y el aporte a las Milicias de Tropas Territoriales.
Al día siguiente de seguro amanecía cansado, pero era mayor la alegría por disfrutar otra vez de la fiesta del pueblo, donde la caldosa y la empatía entre vecinos consolida la tan necesaria unidad del barrio. Comités de Defensa de la Revolución, nombre que es parte de la vida de cada cubano. CDR, una sigla que condensa más de seis décadas de trabajo, de diarias batallas.
En el presente, sentado en la cama con los ojos bien abiertos y la mirada mucho más aguda, reconozco que ha pasado algún tiempo de esos recuerdos, pero lo que no varía para los CDR es su misión de defender la Revolución.
“Porque la Cuba y el mundo de hoy no son los mismos de ayer a los CDR les toca reinventarse y, para eso, hace falta saber cuáles son los Comités que necesita la Revolución”, así reflexionaría para la Mesa Redonda el Héroe de la República de Cuba y coordinador nacional de los CDR, Gerardo Hernández Nordelo.
Los aniversarios son motivo también para reflexionar sobre lo hecho, transformar todo lo que signifique abulia y trazar pautas para avanzar con bríos renovados. Estos ingredientes necesarios para la caldosa de nuestros Comités fueron analizados durante las sesiones del 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba.
No es necesario comprarlos en el agro, ni a ningún carretillero de precios exorbitantes, la mejor receta es el trabajo organizado, sistemático, con claridad de los objetivos de la organización y lo que de esta demanda y necesita el país.
Hoy Cuba conmemora el aniversario 64 de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), una de las organizaciones de masas más importantes de las que compone el extenso entramado de nuestra sociedad. En este día, el debate sobre su rol actual y futuro se vuelve más pertinente que nunca.
Los CDR nacieron como respuesta a las necesidades de defensa en tiempos difíciles, sin embargo, su función va más allá de la mera vigilancia. Embellecer jardineras, los parques, velar por los salideros, ayudarnos y cuidar el pedacito de Cuba que nos toca son algunas de las ideas que plantean los CDR como agentes de cambio social, promoviendo cada vez más el diálogo y la participación activa de la comunidad en la toma de decisiones.
Como regalo de cumpleaños deberíamos incorporarle más las nuevas tecnologías en su funcionamiento cotidiano. En un mundo donde la información fluye a gran velocidad, utilizar plataformas digitales facilita una comunicación más efectiva y transparente. La integración de herramientas digitales podría no solo modernizar la organización, sino atraer nuevas generaciones que valoran más la inmediatez y la interacción en línea.
Celebrar un año más de los CDR es, por tanto, una oportunidad para mirar hacia el futuro. La organización tiene el potencial para ser un verdadero motor de desarrollo comunitario, siempre que se abran espacios para el debate y la innovación.
Así podemos construir un futuro donde todos nos sintamos parte del cambio, y un país tiene que ser invencible cuando se respalda la tranquilidad ciudadana y se protege desde tan pequeño espacio en su geografía sin darle chance a los que intentan hacerle daño.
Mientras festejamos en el barrio por lo alcanzado es importante recordar que el legado dependerá de nuestra capacidad para adaptarnos y evolucionar con los tiempos. La historia continúa escribiéndose, y los CDR cada día tienen la oportunidad de ser protagonistas en este nuevo capítulo.
Tomado de Invasor